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AVENTURAS DE
UNA QUÍMICA
DENTRO DE UNA C64
Una aventura gráfica en la vena de los clásicos de
LucasArts que le inyecta vida al género en el sistema
que vio nacer el Maniac Mansion .
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Por Alakran
E
l género de las aventuras ya
tenía un largo desarrollo cuando, en
1987, Lucasfilm lanzó Maniac Man-
sion, una aventura que nació para
Commodore 64 y que combinaba lo mejor
de los juegos de Sierra On-Line y MacVen-
ture. De unos tomó la idea de un personaje
que se mueve e interactúa en un entorno
pseudotridimensional. De los otros, el
menú en pantalla con verbos predefinidos.
No había más necesidad de tipear ni de
acertar las palabras correctas; simplemen-
te apuntar y hacer click.
Pero poco después, los sistemas de 8 bits
dejaron de tener tanta preponderancia y
los usuarios empezaron a preguntarse por
qué los juegos nuevos no tenían una ver-
sión para sus ordenadores. Lucasfilm aban-
donó las plataformas de 8 bits y sus juegos
no salieron más para microordenadores. Al
lanzar The Secret of Monkey Island, muchos
se preguntaron: ¿se podría haber hecho el
juego para la Commodore 64? La respuesta
es sí, y para probarlo, tenemos hoy Caren &
the Tangled Tentacles.
La motivación para la realización provino
de una competencia de aventuras llevada
a cabo durante 2015 por un foro alemán de
Commodore 64. Caren se alzó con el primer
puesto, a pesar de que la versión inicial es-
taba plagada de bugs y era bastante prelimi-
nar. Luego hicieron 4 versiones más, una de
ellas fue una edición limitada en cartucho,
la única que se comercializó. En noviembre
de 2018 sacaron de manera gratuita la que
promete ser la definitiva y anticiparon que
están trabajando en la segunda parte de la
historia. El equipo de realizadores es co-
nocido dentro de la escena de C64: Martin
Wendt (Enthusi) en programación, Kamil
Wolnikowski (Jammer) en la música y Oliver
Lindau (Veto), responsable del apartado
gráfico. Juntos conformaron el grupo Pri-
orArt y recientemente ganaron una nueva
competición, esta vez de juegos deportivos,
organizada por el mismo foro.
El juego reconoce como principal
inspiración a LucasArts y lo demues-
tra mediante numerosas referencias. El
sistema de controles es muy sencillo, ya
que manejamos todo con nuestro joystick a
través de un menú simplificado, sin verbos
de acciones, muy similar al de juegos como
Sam & Max y The Curse of Monkey Island.
En el juego tomamos el rol de Caren, una
joven solitaria que descubre un cuerpo sin
vida en el instituto donde trabaja como
química. A partir de allí tendremos que
desentrañar el misterio de esa muerte:
quien es el cadáver y cuáles son las cir-
cunstancias que rodearon su deceso. En
este sentido, un aspecto negativo del título
es su escasa complejidad, pues una vez que
tenemos en nuestro inventario los elemen-
tos necesarios para resolver un acertijo, el
personaje muchas veces lo resuelve solo.
Por otro lado, el aspecto técnico, visual
y sonoro es increíble, con creces superior
a Maniac Mansion y casi al nivel del primer
Monkey Island. No es una exageración
decir que está al nivel de las aventuras que
salieron allá por 1993 para sistemas de 16
bits. Y podemos entonces obsesionarnos
con otra pregunta: de haber existido juegos
como Caren & the Tangled Tentacles en
aquel momento, ¿cuántos años más se
hubiera extendido la era de los equipos de
8 bits?
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