Revista Raza Polo Argentino Polo Argentino #20 | Page 22

Por Federico Levy Entrevista a Juan Lagos Mármol Conociendo socios En una recorrida de criadores entrevistamos a “Juanchi” Lagos quedaba otra, había que pagar las cuentas y era más factible gene- Mármol y nos contó cómo fue el paso a paso de sus comienzos rar en el polo que en la venta de un caballo. El “boom” de la cría vino en el polo y en su cría. Un destacado criador que disfruta que al- después, en ese momento era una jugada muy arriesgada quedarse a gunos de los mejores polistas del mundo monten a sus yeguas en la espera de vender un caballo para seguir mejorando. Jugué hasta el los torneos más importantes. año 2002, pero a partir de ahí solo juego prácticas para probar caballos nuevos. Se viene la temporada de Alto Handicap… arranca lo mejor, ¿no? La verdad que sí. Es una época del año que se hace más corta porque 22 ¿Y cuáles eran esas yeguas, te acordás? En realidad compre el 50 % de una yegua que se llamaba La Ilusión, arranca mucha actividad. En primer lugar, La Rural y después los pri- que fue mi gran madre. El otro 50% era de mi padre que me lo regaló. meros torneos. Esto hace que se pasa todo mucho más rápido. Después compre una llamada La Bomba, que también fue muy buena como madre y tuve en aquel momento otra más pero que con esa no ¿Cómo nació tu vínculo con este deporte y los me fue muy bien… siempre pasa… una sangre pura de carrera que caballos? tuvo varias crías pero solo una pudo jugar Palermo. Mi primer vínculo con el polo fue por medio de la familia. Mi padre y sus hermanos jugaban por hobby y ahí nos sumamos junto con mis primos y un club de polo del interior, en Pergamino. A partir de ahí, empezamos a tratar de mejorar y fuimos dos los que nos dedicamos más al deporte. En mi caso, más allá del polo, mi atención siempre estuvo puesta en los caballos. ¿En qué momento definís tu intención de ser criador de caballos de polo? Desde chico me interesaba en la cría. Sin embargo, antes era muy difícil hacer una carrera como criador y vivir de eso. Después empecé a viajar, a participar de torneos de polo como jugador de mediano hándicap, pero siempre con la idea de crecer en el ambiente de la cría. Creo que el punto de inflexión fue cuando una de mis yeguas, La Felicidad, pudo ganar un premio en Palermo en la final del Abierto en la cual jugó B ]]\