Revista Quirón 1 | Page 14

“YO ERA BUENO HASTA QUE ME FRACTURÉ LA RODILLA”

El deporte es uno de los elementos básicos para poder tener un buen estado de salud, siempre y cuando sea practicado correctamente. Las lesiones deportivas pueden ocurrir en grandes atletas profesionales al igual que en personas que apenas inician o que lo practican recreativamente. Algunas ocurren accidentalmente, otras pueden ser el resultado de malas prácticas de entrenamiento, falta o escasez de ejercicios de calentamiento, estiramiento o del uso inadecuado del equipo de entrenamiento, o bien cuando no se está en buena condición física.

Es común escuchar a compañeros y conocidos alardear de sus grandes logros deportivos –a veces exagerados- que extrañamente terminan en lesiones deportivas.

La dinámica es básicamente igual en todos los casos, inician con un “Yo era muy buen *inserte actividad deportiva aquí* hasta qué *inserte lesión aquí*”. Por ejemplo: “Yo era muy buen jugador de americano hasta que me fracturé la clavícula”.

Nunca sabremos realmente si nuestro compañero o conocido realmente era una estrella deportiva antes de su “lesión” o si simplemente estaba exagerando. En el deporte profesional grandes atletas han sido víctimas de lesiones que han frenado o acabado con sus carreras deportivas. Tal es el caso de Rafael Nadal un tenista español que en 2012 sufrió una lesión crónica en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda lo que lo llevo a estar varios meses sin actividad deportiva. Su lesión deportiva no impidió que se llevara el oro en los pasados juegos olímpicos en Brasil 2016.

El famoso boxeador mexicano Antonio Margarito casi pierde la vista en el 2010 tras recibir una golpiza durante la pelea ante Manny Pacquiao, el famoso boxeador tuvo que someterse a una cirugía para reparar su hueso orbital derecho fracturado. En 2011 anuncio su retiro del box argumentando “Si no puedo competir al 100 %, no quiero volver al ring, es mejor que me retire”.

Lo importante en cuanto a las lesiones deportivas es saber llevar una buena recuperación y saber reconocer cuándo lamentablemente es tiempo de retirarse.

Por: Manuel Pérez