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Maneras de afrontar el trabajo
A diferencia del punto anterior, esto ya no tiene que ver con el entorno laboral, sino con el modo en el que cada uno asume su trabajo.
Las personas obsesivas tienen una predisposición a estresarse mucho más que aquellas que se enfrentan sus labores de manera más tranquila o serena .
El obsesivo cree que debe hacer su trabajo en el menos tiempo posible al que corresponde y al acabar se pone a hacer el trabajo de otro o a avanzar las tareas, en lugar de tomarse tiempo para él, una distracción o una pausa para almorzar.
La forma de ver de este tipo de personas es el tener el control de todas las situaciones y piensan que nadie va a hacer el trabajo mejor que ellos.
Entonces prefieren sobrecargarse de horas de trabajo, estresándose durante largos períodos de tiempo y perjudicando su organismo.
Las personalidades menos obsesivas, en cambio, hacen su trabajo en tiempo y forma que guardan tiempo para desconectar y para tener un espacio necesario para sí mismas.
Algunos contextos que pueden generar estrés son, por ejemplo, lugares de trabajo con mal manejo de los recursos humanos, trabajos de alta presión, alta exposición al cliente, atención de quejas, etc.