Lo que no significa que no exista. Global Fishing Watch lleva dos años tratando de ilustrar hasta qué punto nuestros océanos, gigantescas y romas masas de agua en apariencia vacías, disfrutan de una actividad pesquera( y mercantil) muy intensa. Exceptuando los espacios marítimos propios de las diversas naciones del mundo, el mar libre es un campo de batalla donde la industria pesquera obtiene los peces que más tarde llegan a nuestros platos. Y lo hace a un ritmo endiablado.
Para ilustrar hasta qué punto la pesca deja una huella global en nuestros océanos, Global Fishing Watch, la revista Science y SkyTruth han lanzado un trabajo de investigación conjunto recopilando la información de más de 70.000 barcos pesqueros, tanto pequeños como de carácter industrial. El resultado son diversos mapas y gráficos que, gracias a las señales de posicionamiento GPS y a los mensajes de radio emitidos por los navegantes, visualizan el impacto de la pesca. Pocas sorpresas, claro: las regiones costeras de Europa, China y Japón, tres países / continentes de intenso consumo y de altísima actividad pesquera, se destacan como los rincones del planeta donde más barcos faenaron entre 2012 y 2016. El 85 % de la pescaen alta mar queda acaparada, en realidad, por un puñado diminuto de países: China, Japón, España, Taiwán y Corea del Sur.
Y si bien las costas están más densamente pobladas por la actividad pesquera, en alta mar la presencia de barcos pesqueros no es menor. Se calcula que alrededor del 55 % de la superficie de los océanos sirve a los faeneros. Es un porcentaje mucho mayor que el dedicado a la agricultura sobre la superficie terrestre. Tan sólo los peculiares círculos dibujados en el mapa en medio de los océanos quedan vedados a la pesca, merced de los derechos exclusivos de algunos archipiélagos e islas.
Actividad pesquera en las costas.
Revista Pesca Abril 2018 43