REVISTA NUMERO 5 CANDÁS EN LA MEMORIA -Diciembre REVISTA NUMERO 5 CANDÁS EN LA MEMORIA | Page 15
Candás recuerda a
los fallecidos en la
mar
Dos galernas y más de un centenar de fallecidos.
Candás volvió ayer a rendir homenaje a los mar-
ineros que perdieron su vida cuando se encon-
traban faenando en la mar y fueron sorprendidos
por dos grandes tormentas que tuvieron lugar
entre 1840 y 1877. Ellos son, en palabras del
párroco Joaquín Serrano, el origen de la esencia
marinera y candasina de la que tan orgullosos es-
tán en el concejo y de la que no dudan en hacer
gala. La historia de la villa marinera se caracteriza por
pasar «de la mar a un reciclaje siderúrgico». Una
evolución que fue posible «gracias a aquellos
marineros que dieron su vida en un tiempo en el
que la mar daba y mataba». «Candás está inmer-
so en numerosas actividades culturales, deporti-
vas y festivas durante el año, pero nada sería sin
este Cristo marinero. Todo lo que vino después
tiene un origen que no podemos olvidar», con-
cluyó el párroco.
El cura volvió a ser un año más el encargado de
la homilía, en la que lamentó la poca presencia
de vecinos en el acto. «Esa esencia candasina
que en las fiestas nos hace llenarnos de orgullo
está un poco disminuida a la hora de recordar
a nuestros náufragos. Hasta en Luanco lo hacen
mejor», afirmó. Serrano aseguró que Candás «no
es solo el día de la Sardina, la Alborada o bailar
la danza prima, sino la memoria de aquellas per-
sonas que hicieron posible dicho presente». La Sociedad de Mareantes acordó establecer en
1881 la fecha del 14 de enero para honrar a sus
muertos en la mar. Según se recoge en las cróni-
cas, el 26 de enero de 1840, fallecieron 96 mari-
neros y el 17 de enero de 1877, otros treinta más.
Dos jornadas llenas de tragedia que marcaron la
historia y memoria del pueblo marinero y que
siguen celebrando de manera anual en la iglesia
parroquial.
Al acto de ayer acudieron, entre otros, varios
representantes municipales y el músico local
Pipo Prendes.
El párroco Joaquín Serrano lamenta durante su homilía
la escasa asistencia de vecinos. Fuente A.G Ovies para El Comercio
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