REVISTA NUMERO 4 CANDÁS EN LA MEMORIA -Diciembre REVISTA NUIMERO 4 CANDÁS EN LA MEMORIA -Diciembre | Page 24

MERCADILLO SOLIDARIO A medida que fueron transcurriendo los primer- os días de diciembre se fue haciendo ostensible su inminente llegada. El desembarco del Farolero en Palmera para allegarse a la Peña de los Ánge- les y dotar de luz de a la Farola fue el preámbulo. El encendido de las luces en las calles, el concur- so de escaparates, la ruta de belenes, la pista de hielo y un sin fin actividades dieron pábulo, una vez más, a la aparición del espíritu de la navidad. No puede negar que durante un tiempo le chir- rió lo que calificaba de hipocresía navideña: ese exceso de sonrisas y saludos cariñosos como si todo el mundo de repente se volviera súper feliz y chupiguay, quizá influenciado en su percepción hostil por la ausencia de personas muy queridas que le hacía ver con un poquito de antipatía la venida de estas fechas. Tampoco puede asever- ar el momento exacto en que dio por superado el prejuicio, dejándose cautivar por el ambiente fraternal y apostando por el disfrute de la con- vivencia que consigo traían las fiestas. Víspera de Nochebuena. Mediodía. De vuelta del paseo por el muelle. El tiempo, sin invernar aún, acompaña. Al acercarse al Paseín observa que la antigua fábrica de Ortiz está cerrada. Echa en falta el mercadillo solidario que durante las últimas navidades venía instalándose en su interior. Le viene a la cabeza algún comentario que de refilón escuchó el año anterior sobre la dificultad de seguir llevándolo a cabo. Era en su origen un mercadillo humilde pero repleto de generosidad. Contó desde el principio con la colaboración del comercio local y la hostelería, amén de particu- lares y familiares. Él lo visitó ya desde la primera vez, en 2007, cuando instalado a la intemperie en la plaza de la Baragaña le desconcertó la juven- tud de sus dos impulsoras. Aún no han acabado la ESO, pensó, y decidió indagar. Es cierto que por entonces perduraba todavía un remanente residual de aquel humanismo de finales de los sesenta que promovía la igualdad de las per- sonas, pero no era habitual en gente tan joven llevar a la práctica semejantes acciones altruistas, al menos en su pueblo. Se sorprendió al aver- iguar el cuándo y el por qué acordaron dedicar su tiempo libre a crear un proyecto solidario en fechas tan señaladas, con el compromiso que ello conllevaba. Rondaban los quince años, asignatura de fi- losofía, cuarto de la Eso, instituto de Candás. De- batían sobre las diferencias sociales, club Bilder- berg y demás. Al acabar hablaron entre ellas, les inquietaba la precariedad y la pobreza existente en el mundo y decidieron aportar su granito de arena hacia los más desfavorecidos. De ahí sur- gió un pequeño y conmovedor poemario que tit- ularon “POR ELLOS”, editado por la asociación para la cooperación Seronda. Fue el germen que hizo fructificar el mercadillo. Era el año 2005.