REVISTA NUMERO 4 CANDÁS EN LA MEMORIA -Diciembre REVISTA NUIMERO 4 CANDÁS EN LA MEMORIA -Diciembre | Page 15

NOSTALGIA VIENEN A MI MEMORIA RECUERDOS INFANTILES DE AQUELLOS AÑOS. EN UN PRIMER PISO DE LA CALLE RAMÓN Y CAJAL, FRENTE A LA PLAZA DE ABASTOS, MI PA- DRE TENÍA UN PEQUEÑO TALLER DE RELOJERÍA , POR DONDE PASABA LA INMENSA MAYORÍA DE LA GENTE DE CANDÁS Y ALREDEDORES CON LAS CONSIGUIENTES AVERÍAS DE SUS RELOJES, DE PUL- SERA, DESPERTADORES Ó DE PARED Y DONDE MI PADRE PONÍA TODO SU ESMERO Y ARTE EN SOLU- CIONARLAS. VENDÍA ALGUNOS RELOJES Y UN POCO DE JOYERÍA (ORO, CADENAS, MEDALLAS, SORTIJAS, ALIANZAS ETC). A SU VEZ, TRABAJABA TAMBIÉN EN EL FERROCARRIL DE CARREÑO . ERAN TIEMPOS DIFÍCILES Y HABÍA QUE SACAR ADELANTE LA FAMIL- IA, QUE ÉRAMOS, MI MADRE, MI HERMANO Y YO. DEBAJO DE NUESTRA CASA, ESTABA EL ESTANCO, REGENTADO POR LA GRAN PACITA ABÁSOLO, MU- JER SIMPÁTICA, FRESCA Y MUY LIMPIA, SIEMPRE TAN CUIDADA Y ATENDIDA POR SU INSEPARABLE Y FIEL EMILIA. AQUEL BARRIO EN EL QUE YO ME MOVÍA, SE CEN- TRABA PRINCIPALMENTE EN LA CALLE RAMÓN Y CAJAL, UNA CALLE BULLICIOSA, SIEMPRE ALEGRE, DE UNA MANERA ESPECIAL LA MAÑANA, HASTA EL MEDIODÍA, DEBIDO FUNDAMENTALMENTE A AQUEL AJETREO DIARIO DE LA PLAZA DE ABASTOS, DENTRO Y FUERA DE ELLA, AL ESTANCO DE PACITA, A TELÉGRAFOS, A LA BOTICA, COMO ASÍ LA LLA- MÁBAMOS ENTONCES, EN LA CALLE BRAULIO BUSTO, ESQUINA A RAMÓN Y CAJAL, DONDE REINABA EL GRAN PAULINO,(HERMANO DE PEPE CASÍN), BUENO E ILUSTRE MANCEBO CON SU LARGA BATA BLANCA QUE CASI ARRASTRABA, Y CON D. JUAN NIETO, EL TRANQUILO BOTICARIO. 1953-1957 A LA PLAZA SE ACCEDÍA POR TRES PARTES, UNA, POR UNAS ESCALERAS, DONDE LA EXPLANADA EN RAMPA AL LADO DEL BAILE, “ EL PALERMO “ Y DONDE ALLÍ TENÍA UNA CARNICERÍA ESTRECHA Y LARGA RAMÓN EL PRITO. LOS OTROS DOS ACCESOS ERAN YA POR RAMÓN Y CAJAL, UNO, FRENTE AL ES- TANCO Y DONDE ESTABA AL PRINCIPIO, LA TIENDA DE ALICIA LA SEVILLANA Y SU ESPOSO PELAYO, EN CUYA TIENDA ME COMPRÓ MI MADRE MIS PRIMER- OS CALZONCILLOS DE PANTALÓN A CAMBIO DE QUE YO DEJARA ” EL CHUPO “, MÁS CONCRETAMENTE UN TROZO DE CHUPO. PUEDO DECIR QUE FUI FIEL A MI PROMESA Y NO HUBO MÁS CHUPO. EL OTRO ACCESO ERA YA EN LA PARTE MAS ALTA DE LA PLAZA, EN RAMÓN Y CAJAL, DONDE HOY EN DÍA EXISTE OTRA ENTRADA. FUERA DE LA PLAZA ERA HABITUAL VER AMARRA- DOS, BURROS Y ALGÚN CABALLO DE LAS VENDEDO- RAS DE LA ALDEA Y OTRAS LOS DEJABAN BIEN EN LA CUADRA DE BOQUINA O EN LA DE POTAXA. DENTRO DE AQUELLA PLAZA DE ABASTOS, HABÍA INSTALADAS UNAS MESAS LARGAS, DONDE LUEGO LAS DIFERENTES VENDEDORAS COMERCIABAN CON SUS PRODUCTOS. ALLI SE ENCONTRABA AL FONDO, LA PESCADERÍA DE BRUNA Y OLVIDO, CON SEVERA, SIEMPRE ALEGRES CON SUS BLANCOS MAN- DILES. COLINDANTE CON LA PESCADERÍA, ESTABA LA CARNICERÍA DE AMANDO EL DE CARLOS, CON SU BATA BLANCA E INSTALADA COMO UN PELDAÑO SOBRE EL SUELO, Y DONDE DESPACH- ABA AQUELLOS PRODUCTOS TAN FRESCOS, PARA EL COCIDO, PARA EL POTE, FILETES (RAJAS COMO SOLÍAMOS LLAMARLOS), CHULETAS, EMBUTIDOS ETC. MÁS ALLÁ , A LA DERECHA, LA FRUTERÍA DE ARCADIA LA DE VALENTÍN EL PELUQUERO, SIEM- PRE RISUEÑA Y ALEGRE. FUERA DE LA PLAZA, EN EL LADO DERECHO DE AQUELLA CALLE, ESTABA UBICADO TELÉGRAFOS, 15