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Perfil
Faldas de acero. En el 2010, en la campaña electoral que la llevaría a la
presidencia de Brasil, Dilma Rousseff dijo “mirarse en el espejo” de Hillary Clinton y
de Margaret Thatcher, de quienes admira su inteligencia y fortaleza de carácter. Dijo
que las mujeres, cuando asumen cargos de importancia pública, pueden ser “más
firmes y valientes que los hombres”.
Política y balón. Que Brasil no obtenga la Copa Mundial del
2014 en su propio territorio no solamente traería consecuencias funestas
para su población, tan amante del fútbol. El máximo evento de la FIFA
se realizará entre junio y julio, meses antes de las elecciones presidenciales
en las que Rousseff busca reelegirse.
Guerrillera y expulsada de la universidad, ahora gobierna Brasil
él en 1968, cuando tenía 20
años de edad.
Pero la histor ia amorosa
tuvo un abrupto final, cuenta
Perfil.com. Tras la convivencia
en Río de Janeiro, el Comando
de Libertad Nacional envió a
Galeno a Porto Alegre, mientras que Dilma se quedó en casa,
conociendo así a Araujo.
Araujo, abogado de 31 años y
líder de un grupo disidente del
Partido Comunista de Brasil, la
cautivó instantáneamente. A los
pocos días, Rousseff le pidió el
divorcio a Galeno.
Aquí declaraciones de Galeno
al diario O’Globo: “Dilma es
transparente y no se mete en
rodeos. Recuerdo que un día
llegó y me dijo: ‘Estoy con Carlos’. Fue algo natural, incluso me
lo esperaba. Yo también tenía
una novia, Martinha. En medio
de todo aquello, las posibilidades de formar una pareja normal eran remotas. Y ella fue más
valiente al exponer el tema en
Aspiradora prendida. Dilma Rousseff
atraviesa momentos incómodos por las
diversas denuncias de corrupción que se
remontan al gobierno de Lula da Silva, del que
ella misma formó parte como jefa de gabinete.
En el 2011, miles de brasileños coparon las
calles exigiendo investigación y sanción a los
políticos corruptos, lo que le llevó a aplicar una
‘política de limpieza’ en el gobierno y en el
Estado. Poco tiempo después, desde el Palacio
de Planalto, Rousseff le exigió la renuncia a
siete de sus ministros, haciendo lo propio con
18 funcionarios del gobierno en Sao Paulo.
Lula se refería a
una sorprendente
mujer que había
estado en la cárcel,
que se vistió de
guerrillera y que
fue expulsada
en 1969 de la
prestigiosa
Universidad
Federal de
Minas Gerais por
revoltosa.
La montaña
rusa de
Rousseff
Lideresa del país más poderoso de
Sudamérica, puso en evidencia la eficacia
femenina en la administración pública.
Dilma Rousseff es madre, abuela,
presidenta y mujer.
Escribe Eduardo V. Ignacio
“
Yo elegiré a mi sucesor. No puedo decir
quién es, pero les
puedo asegurar que
hay muchas posibilidades de que sea una mujer”.
Lula da Silva sorprendió así a
todos los brasileños, al señalar en forma pública a Dilma
Rousseff como candidata a la
presidencia.
Lula se refería a una sor-
prendente mujer que había
e st a do en la c á rc el, que se
vistió de guerrillera y que fue
expulsada en 1969 de la prestigiosa Universidad Federal de
Minas Gerais por revoltosa,
además de ser tor turada en
1970 y de sufrir de cáncer linfático. Rousseff es la tercera
mujer elegida presidenta en
Sudamérica en una década,
después de Michelle Bachelet
en Chile y de Cristina Kirchner en Argentina.
De temperamento explosivo,
la prensa no tardó en ponerle
apelativos: Dama de hierro o
Margaret Thatcher de Belo
Horizonte. Escoja sin compromiso. Antes de llegar a la presidencia en el 2011, Rousseff
brilló como jefa de gabinete de
Lula del 2005 al 2010.
NACE UNA FIGURA
Pese al invencible machismo
presente en algunos sectores de
Brasil, Dilma le ganó en segunda
vuelta a José Serra, candidato
del Partido de la Social Democracia Brasileña, al alcanzar el
56% de los votos.
Apenas se instaló en el Palacio de Planalto, Rousseff se
concentró en la aplicación del
programa Brasil Sin Miseria
que actualmente atiende a cerca
de 50 millones de personas
que viven bajo el umbral de la
pobreza. A través de ese plan, el
gobierno federal otorga 70 reales (US$35) a cada miembro de
Cabellos ajenos. Rousseff luce
una peluca en un acto oficial en
Brasilia, como consecuencia del
cáncer que se le detectó en el
2009. La prensa sospechó, pero
mantuvo una actitud prudente.
Abajo, detenida en 1970 por el
Departamento de Orden Político
y Social (DOPS) de Sao Paulo,
en plena dictadura militar.
Tenía 23 años y una activa
militancia comunista.
familia, mientras que otros 30
(US$15) son aportados por las
autoridades estatales para aliviar la desnutrición y la falta de
salud. Son 50 reales, una cifra
que hace milagros en Brasil.
Nacida el 14 de diciembre
bajo el inf lujo de Sagitario,
Rousseff posee rasgos temerarios y radicales que son propios
de su signo. Pero no todo se le
puede endosar al Zodíaco, pues
la genética hizo su parte: su
padre Pedro fue miembro del
Partido Comunista de Bulgaria, por lo que fue perseguido y
exiliado en 1929.
NOVELA BRASILEÑA
Según el portal Perfil.com de
A rgentina , Roussef f nunca
necesitó portar el apellido de
alguien famoso o inf luyente
para acceder a los relevantes
cargos públicos que ocupó en
Brasil, si bien algo aprendió de
sus dos exes posos, quienes la
introdujeron a la lucha armada
y luego a la competencia partidaria electoral.
Ellos son el periodista Claudio Galeno Linhares y el analista
político Carlos Araujo, ambos
exguerrilleros que luchaban contra la dictadura militar brasileña
que tomó el poder en 1964 y que
duró hasta 1985.
Di lma c onoció a Ga leno
cuando militaba en el Comando
de Libertad Nacional. Esquivando balas y fabricando bombas molotov, Dilma se casó con
ese momento. No hubo secuelas,
no hubo ninguna cicatriz. Seguimos siendo grandes amigos”.
A los pocos meses, Dilma
se casó con Araujo, once años
mayor que ella.
Buscados por la dictadura,
Galeno, Araujo y Dilma vivieron
en la misma casa. Al ser ambos
del mismo par tido político,
Araujo y Galeno se hicieron amigos y se cuidaron mutuamente.
En 1982, A raujo f ue elegido regidor de Porto Alegre,
siendo reelecto en 1986 y en
1990. En esa administración,
Dilma fue contratada como
asesora del bloque legislativo,
lo que era ciertamente un cargo
de segunda línea. Ascendida a
funcionaria de la Secretaría de
Hacienda de Porto Alegre, allí
conocería a Lula, el hombre que
realmente le cambió la vida.
Hoy Araujo es asesor político
de la presidencia brasileña.
TRIUNFO DE LA FE
Un denso nubarrón se asomó
sobre la vida de Rousseff el 26
de abril del 2009, cuando le
detectaron un cáncer linfático,
diagnóstico que ella mantuvo en
el mayor secreto.
Los médicos le comunicaron
que debía seguir una quimioterapia para reducir la velocidad
de reproducción de las células
malignas. Y eso hizo.
Según la revista Gatopardo,
u na vez t er m i na d a la qu imioterapia, Dilma comenzó
la radioterapia. A f inales de
setiembre, recibió la primera
de 15 aplicaciones: “Es un tratamiento menos invasivo y no
tiene efectos colaterales… Es
decir, no se pierde el cabello,
no quita el hambre, no altera
el carácter”, dijo.
Cuando al fin se libró de todo
rasgo de cáncer, Dilma se quitó
la peluca delante de los medios
de comunicación. Arrojo total.
NUEVO ROSTRO
Cuando se rumoreaba que sería
candidata presidencial en Brasil, Rousseff, asesorada por un
experto en marketing político,
se sometió a una cirugía plástica para borrar arrugas, retocar
párpados, eliminar ojeras y respingarse la nariz.
El diario Correio Braziliense
tituló: “El rostro electoral de
Dilma”. Y en cinco pág inas
interiores brindó detalles de la
operación estética que le quitó
15 años de encima a la ahora
presidenta.
En el 2013, la revista estadounidense Forbes la incluyó
en su célebre lista de personajes más poderosos e influyentes
del mundo. En el rubro femenino apareció en segundo lugar,
detrás de Ángela Merkel, jefa
de gobierno de Alemania. Ella
es Dilma Rousseff, la mujer de
pasado sorprendente.
El dato
Abuela de Gabriel
Rousseff es abuela de
Gabriel, fruto de Paula, su
única hija, producto de su
matrimonio con Ricardo
Araujo. Él nació poco antes
de las elecciones que la lle-
varían a la presidencia de
Brasil. La Dama de hierro
suspendió sus compromisos políticos para acompañar a Paula y a su nieto,
quien nació en un hospital
de Porto Alegre.
Camino a la baja. Según cifras de la OIT, la pobreza en Brasil se redujo en un
36,5% desde el 2003, debido a los programas de ayuda social iniciados por
Lula y seguidos por Rousseff. Con ello, 28 millones de personas dejaron la
pobreza y pasaron a engrosar la clase media.