Revista Nexos Mayo 2014 | Page 14

14 Perfil Faldas de acero. En el 2010, en la campaña electoral que la llevaría a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff dijo “mirarse en el espejo” de Hillary Clinton y de Margaret Thatcher, de quienes admira su inteligencia y fortaleza de carácter. Dijo que las mujeres, cuando asumen cargos de importancia pública, pueden ser “más firmes y valientes que los hombres”. Política y balón. Que Brasil no obtenga la Copa Mundial del 2014 en su propio territorio no solamente traería consecuencias funestas para su población, tan amante del fútbol. El máximo evento de la FIFA se realizará entre junio y julio, meses antes de las elecciones presidenciales en las que Rousseff busca reelegirse. Guerrillera y expulsada de la universidad, ahora gobierna Brasil él en 1968, cuando tenía 20 años de edad. Pero la histor ia amorosa tuvo un abrupto final, cuenta Perfil.com. Tras la convivencia en Río de Janeiro, el Comando de Libertad Nacional envió a Galeno a Porto Alegre, mientras que Dilma se quedó en casa, conociendo así a Araujo. Araujo, abogado de 31 años y líder de un grupo disidente del Partido Comunista de Brasil, la cautivó instantáneamente. A los pocos días, Rousseff le pidió el divorcio a Galeno. Aquí declaraciones de Galeno al diario O’Globo: “Dilma es transparente y no se mete en rodeos. Recuerdo que un día llegó y me dijo: ‘Estoy con Carlos’. Fue algo natural, incluso me lo esperaba. Yo también tenía una novia, Martinha. En medio de todo aquello, las posibilidades de formar una pareja normal eran remotas. Y ella fue más valiente al exponer el tema en Aspiradora prendida. Dilma Rousseff atraviesa momentos incómodos por las diversas denuncias de corrupción que se remontan al gobierno de Lula da Silva, del que ella misma formó parte como jefa de gabinete. En el 2011, miles de brasileños coparon las calles exigiendo investigación y sanción a los políticos corruptos, lo que le llevó a aplicar una ‘política de limpieza’ en el gobierno y en el Estado. Poco tiempo después, desde el Palacio de Planalto, Rousseff le exigió la renuncia a siete de sus ministros, haciendo lo propio con 18 funcionarios del gobierno en Sao Paulo. Lula se refería a una sorprendente mujer que había estado en la cárcel, que se vistió de guerrillera y que fue expulsada en 1969 de la prestigiosa Universidad Federal de Minas Gerais por revoltosa. La montaña rusa de Rousseff Lideresa del país más poderoso de Sudamérica, puso en evidencia la eficacia femenina en la administración pública. Dilma Rousseff es madre, abuela, presidenta y mujer. Escribe Eduardo V. Ignacio “ Yo elegiré a mi sucesor. No puedo decir quién es, pero les puedo asegurar que hay muchas posibilidades de que sea una mujer”. Lula da Silva sorprendió así a todos los brasileños, al señalar en forma pública a Dilma Rousseff como candidata a la presidencia. Lula se refería a una sor- prendente mujer que había e st a do en la c á rc el, que se vistió de guerrillera y que fue expulsada en 1969 de la prestigiosa Universidad Federal de Minas Gerais por revoltosa, además de ser tor turada en 1970 y de sufrir de cáncer linfático. Rousseff es la tercera mujer elegida presidenta en Sudamérica en una década, después de Michelle Bachelet en Chile y de Cristina Kirchner en Argentina. De temperamento explosivo, la prensa no tardó en ponerle apelativos: Dama de hierro o Margaret Thatcher de Belo Horizonte. Escoja sin compromiso. Antes de llegar a la presidencia en el 2011, Rousseff brilló como jefa de gabinete de Lula del 2005 al 2010. NACE UNA FIGURA Pese al invencible machismo presente en algunos sectores de Brasil, Dilma le ganó en segunda vuelta a José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, al alcanzar el 56% de los votos. Apenas se instaló en el Palacio de Planalto, Rousseff se concentró en la aplicación del programa Brasil Sin Miseria que actualmente atiende a cerca de 50 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza. A través de ese plan, el gobierno federal otorga 70 reales (US$35) a cada miembro de Cabellos ajenos. Rousseff luce una peluca en un acto oficial en Brasilia, como consecuencia del cáncer que se le detectó en el 2009. La prensa sospechó, pero mantuvo una actitud prudente. Abajo, detenida en 1970 por el Departamento de Orden Político y Social (DOPS) de Sao Paulo, en plena dictadura militar. Tenía 23 años y una activa militancia comunista. familia, mientras que otros 30 (US$15) son aportados por las autoridades estatales para aliviar la desnutrición y la falta de salud. Son 50 reales, una cifra que hace milagros en Brasil. Nacida el 14 de diciembre bajo el inf lujo de Sagitario, Rousseff posee rasgos temerarios y radicales que son propios de su signo. Pero no todo se le puede endosar al Zodíaco, pues la genética hizo su parte: su padre Pedro fue miembro del Partido Comunista de Bulgaria, por lo que fue perseguido y exiliado en 1929. NOVELA BRASILEÑA Según el portal Perfil.com de A rgentina , Roussef f nunca necesitó portar el apellido de alguien famoso o inf luyente para acceder a los relevantes cargos públicos que ocupó en Brasil, si bien algo aprendió de sus dos exes posos, quienes la introdujeron a la lucha armada y luego a la competencia partidaria electoral. Ellos son el periodista Claudio Galeno Linhares y el analista político Carlos Araujo, ambos exguerrilleros que luchaban contra la dictadura militar brasileña que tomó el poder en 1964 y que duró hasta 1985. Di lma c onoció a Ga leno cuando militaba en el Comando de Libertad Nacional. Esquivando balas y fabricando bombas molotov, Dilma se casó con ese momento. No hubo secuelas, no hubo ninguna cicatriz. Seguimos siendo grandes amigos”. A los pocos meses, Dilma se casó con Araujo, once años mayor que ella. Buscados por la dictadura, Galeno, Araujo y Dilma vivieron en la misma casa. Al ser ambos del mismo par tido político, Araujo y Galeno se hicieron amigos y se cuidaron mutuamente. En 1982, A raujo f ue elegido regidor de Porto Alegre, siendo reelecto en 1986 y en 1990. En esa administración, Dilma fue contratada como asesora del bloque legislativo, lo que era ciertamente un cargo de segunda línea. Ascendida a funcionaria de la Secretaría de Hacienda de Porto Alegre, allí conocería a Lula, el hombre que realmente le cambió la vida. Hoy Araujo es asesor político de la presidencia brasileña. TRIUNFO DE LA FE Un denso nubarrón se asomó sobre la vida de Rousseff el 26 de abril del 2009, cuando le detectaron un cáncer linfático, diagnóstico que ella mantuvo en el mayor secreto. Los médicos le comunicaron que debía seguir una quimioterapia para reducir la velocidad de reproducción de las células malignas. Y eso hizo. Según la revista Gatopardo, u na vez t er m i na d a la qu imioterapia, Dilma comenzó la radioterapia. A f inales de setiembre, recibió la primera de 15 aplicaciones: “Es un tratamiento menos invasivo y no tiene efectos colaterales… Es decir, no se pierde el cabello, no quita el hambre, no altera el carácter”, dijo. Cuando al fin se libró de todo rasgo de cáncer, Dilma se quitó la peluca delante de los medios de comunicación. Arrojo total. NUEVO ROSTRO Cuando se rumoreaba que sería candidata presidencial en Brasil, Rousseff, asesorada por un experto en marketing político, se sometió a una cirugía plástica para borrar arrugas, retocar párpados, eliminar ojeras y respingarse la nariz. El diario Correio Braziliense tituló: “El rostro electoral de Dilma”. Y en cinco pág inas interiores brindó detalles de la operación estética que le quitó 15 años de encima a la ahora presidenta. En el 2013, la revista estadounidense Forbes la incluyó en su célebre lista de personajes más poderosos e influyentes del mundo. En el rubro femenino apareció en segundo lugar, detrás de Ángela Merkel, jefa de gobierno de Alemania. Ella es Dilma Rousseff, la mujer de pasado sorprendente. El dato Abuela de Gabriel Rousseff es abuela de Gabriel, fruto de Paula, su única hija, producto de su matrimonio con Ricardo Araujo. Él nació poco antes de las elecciones que la lle- varían a la presidencia de Brasil. La Dama de hierro suspendió sus compromisos políticos para acompañar a Paula y a su nieto, quien nació en un hospital de Porto Alegre. Camino a la baja. Según cifras de la OIT, la pobreza en Brasil se redujo en un 36,5% desde el 2003, debido a los programas de ayuda social iniciados por Lula y seguidos por Rousseff. Con ello, 28 millones de personas dejaron la pobreza y pasaron a engrosar la clase media.