Revista Nexos Julio 2014 | Page 18

18 Deporte Locales ganadores. En la historia de los Gemelos con la pelota. Japón y Corea del Sur se unieron para organizar mundiales de fútbol, solamente seis países anfitriones pudieron levantar la Copa FIFA. La primera vez fue en 1930, cuando Uruguay, jugando de local, venció en la final a Argentina por 4 a 2. Los demás países fueron Italia en 1934, Inglaterra en 1966, Alemania en 1974, Argentina en 1978 y Francia en 1998. el Mundial del 2002. Fue la primera vez que la sede recaía en Asia, luego de que México quedara en el camino. Nipones y surcoreanos aportaron diez estadios recién construidos y una infraestructura inigualable. El partido inaugural se realizó en Seúl, mientras que la final se jugó en Yokohama, Japón. Brasil campeonó al vencer a Alemania por 2 a 0. ¿Cuándo iremos a un Mundial? Hablan periodistas y exfutbolistas Joyas y recuerdos. A la izquierda, el álbum Panini de España 82, con los integrantes de la selección peruana. ¡Qué tiempos! Aparecen Ramón Quiroga, Teófilo Cubillas, César Cueto y otros. A la derecha, un pasaje del nefasto partido contra Polonia, jugado en ese mundial, que perdimos por 5 a 1. Reflexiones fuera del álbum Pies de barro. ¿Cuatro fantásticos? Ahora nadie asume la paternidad de esa maléfica etiqueta, que fue objeto de burlas en el continente. En las clasificatorias para Brasil 2014, en la goleada que Chile le propinó a la blanquirroja en Santiago por 4 a 2, la prensa mapocha no tardó en resaltar los “cuatro fantásticos goles” encajados por Raúl (Supermán, para variar) Fernández. Se juega el mundial de Brasil 2014 y millones de hinchas lo disfrutan. Aquí la emoción más fuerte pasa por llenar el álbum de figuritas o por rogar a Dios que nadie más se lesione. Mala gestión, baja autoestima de los futbolistas y prensa mediocre son las conclusiones del Intermedio denominado Más de tres décadas viendo el mundial por televisión, realizado por la Especialidad de Periodismo de la Universidad de Lima. Escribe Verónica Ríos N o sé por qué me s or pr end ió l a masiva convocatoria. Jóvenes –la mayor ía hombres– con mochilas y ojos brillantes saturaban los pasadizos de entrada a la Ventana Indiscreta. Subí a la mezanine para encontrar un lugar vacío. Pude sentarme, alistar la grabadora y ver la llegada de los