Revista Nexos Julio 2014 | Page 14

14 Mundo Bata blanca. Cuando el papa Francisco terminó su educación secundaria en Buenos Aires, empezó a trabajar en un laboratorio de mucho prestigio. Sus padres deseaban que fuera médico, esperanzados en su enorme bondad e inteligencia: “Yo les contesté que sí, que sería médico de almas. Mi madre lloró y mi padre se alegró”. Santa abuela. La relación del papa con la oración se inició con el ejemplo de una de sus abuelas. “Mi abuela paterna, Rosa, me enseñó a rezar. Me contaba historias de santos y me marcó mucho en la fe. Mis cuatro hermanos iban naciendo y la nonna tenía que ayudar a mamá, que había quedado paralítica al nacer mi hermana menor, Malena. Ella es la única que aún vive”. El Papa y las expectativas de cambio en la Iglesia El Sumo Pontífice que fue portero de una discoteca en Buenos Aires e hincha tribunero de San Lorenzo de Almagro es el mismo personaje que viene saldando algunas viejas deudas de la Iglesia. ¿Podrá cumplir con todas? Cuerdas separadas. Arriba, José María Escrivá de Balaguer (1902-1975) brinda una charla de fe a seguidores del Opus Dei en España. Pese a que la foto podría indicar lo contrario, su grupo religioso ha sido acusado de ejecutar diversas formas de discriminación. Por ejemplo, se dice que organizaciones y colegios del Opus Dei tendrían prácticas de exclusión contra grupos homosexuales. La pugna entre el Opus Dei y los jesuitas (orden religiosa a la que pertenece Francisco) es notoria: los seguidores de Escrivá de Balaguer buscan la santificación mediante el trabajo y el ascenso profesional, mientras que la Compañía de Jesús busca extender la humildad y la sencillez. El empuje de Francisco Escribe Mario Rodríguez Quezada E n los últimos años, la Iglesia Católica ha sido señalada como una institución atrapada en la intolerancia, y que profesa una doctrina alejada de los tiempos actuales. ¿Qué se podía hacer para contrarrestar esa imagen negativa y arcaica? Pareciera que la respuesta fue la elección de Jorge Mario Bergoglio como Santo Padre. Para el recordado sacerdote jesuita Jeffrey Klaiber, fallecido poco antes de la publicación de este artículo, el papa Francisco busca cumplir uno de los retos históricos de la Iglesia: acercarse a sus fieles. “Francisco es muy cercano a la gente. Ese era un reclamo general a la Iglesia, e incluso pareciera que en los cónclaves para la elección del Sumo Pontífice se t enía de antemano una lista de objetivos que debía cumplir el que saliera elegido… Y uno de ellos era lograr una mayor cercanía con las personas”. L a presencia de un papa más mediático y que califica a Internet como un don de Dios es indudablemente aire fresco para la Iglesia. Además, ser un líder terrenal le ha permitido construir un vínculo directo con la prensa. Marco Méndez, periodista de El Comercio, considera que el buen trabajo comunicacional de Francisco se refuerza a través de su comportamiento diario: “Para describir al papa rescato lo que dice el sociólogo Erwing Goffman sobre la forma en la que nos presentamos y vamos construyendo una imagen ante los demás. Por un lado, Fran- cisco se presenta como un personaje ejemplar, pero ello es acompañado con hechos. Si tiene que hacer algo, lo hace: por ejemplo, usar un auto modesto o vestirse con simpleza. Eso le ha ayudado a construir una imagen de autoridad”. Esa sencillez quedó demostrada en una entrevista que Francisco le concedió al sacerdote Antonio Spadaro, director de la revista jesuita La Civiltà Cattolica . Pregunta: ¿Quién es Jorge Mario Bergoglio? Respuesta: “Soy un pecador en quien el Señor ha puesto los ojos”. Aquel liderazgo cercano y terrenal ha sido complementado con su firmeza frente a la pedofilia, uno de los temas más espinosos para la Iglesia. Según Méndez, con el tema de la pedofilia “se ha dado un gran paso porque Francisco la ha condenado con claridad y firmeza, lo que podría ser una nueva política del Estado Vaticano”. REFORMAS MEDIANAS ¿El nuevo liderazgo que imprime Francisco es un indicio del advenimiento de reformas radicales en la Iglesia? Klaiber opina que habrá algunos cambios, pero no al nivel que algunos quisieran suponer. “Creo que no se producirán reformas muy profundas. Tal vez el cambio más El dato “Si una persona es gay y busca al Señor con buena voluntad… ¿Quién soy yo para juzgarlo?”. Papa Francisco 29 de junio del 2013 importante tenga que ver con el estilo y con la forma de hacer las cosas. La nueva manera de tratar al prójimo es clave para que la Iglesia empiece a tener una postura más inclusiva ante los ojos del mundo”. Efectivamente, los actos del papa sugieren que existe el interés de predicar el Evangelio a grupos que en algún momento fueron abandonados por la Iglesia, como los homosexuales, los divorciados o los no bautizados. Así las cosas, Klaiber sostiene que en el sínodo (reunión de obispos) de octubre del 2014 podría consolidarse un cambio de actitud con relación a los divorciados: se les invitaría a volver a la Iglesia. Sin embargo, esos cambios están generando en el Vaticano una corriente de oposición a Francisco. Méndez señala que “la resistencia a las transformaciones siempre ha existido en la curia romana, pues eso implica variaciones en los estatus y en los privilegios”. GRUPOS REACCIONARIOS La resistencia a los cambios encabezados por Francisco pro- vendrían de grupos ultraconservadores de la Iglesia como el Opus Dei y el Sodalicio. Klaiber lo interpreta así: “Muchos grupos que se sentían seguros están asustados y se sienten incómodos porque suponen que el papa es el modelo de lo que ellos deben ser”. Pareciera que los cambios profundos en la Iglesia aún tendrán que esperar, pero la inclusión de grupos relegados y tachados, la firmeza contra la pedofilia y la preocupación por construir una imagen más cercana a los fieles, son finalmente buenas noticias. ¡Buona fortuna, Francisco! Fabián Vallas opinión Pishtacos y robaórganos Cada cierto tiempo y en forma cíclica aparece una nueva psicosis colectiva en Lima, así como en otras ciudades del mundo. En estos días, la población del cono norte de la capital vive atemorizada. La razón: el temor por los ‘robaórganos’. Nadie sabe dónde comenzó la historia, pero casi todos creen que es verdad. Resulta que una pareja de colombianos se encuentra al acecho buscando niños para secuestrarlos y quitarles un pulmón o un corazón, que luego son colocados en el mercado negro. “Les cortan la barriga y les quitan los órganos... Y después, como agradecimiento, dejan en la casa de los padres un sobre con 100 dólares”. Eso indica un ‘testigo’. Pero nadie es capaz de brindar más información. Las víctimas no tienen identidad. Una borrosa fotocopia con los rostros de los asesinos colombianos se exhibe en tiendas y postes de luz. De esta historia, dos elementos llaman la atención. El principal es la historia. Con ciertas variantes, es la misma del ‘pishtaco’ del siglo pasado o la de los ‘sacaojos’ de la década de los ochenta, investigadas por Gonzalo Portocarrero. Pero lo que más preocupa es que esta historia es creíble para un gran sector de la población, pese a las reiteradas aclaraciones de la policía. La respuesta podría estar en varios factores. En primer lugar, la inseguridad ciudadana ocasiona un estrés social que dispara la imaginación de una población que se siente desprotegida. En segundo término, existe una tremenda desconfianza en las autoridades. Creer en los ‘robaórganos’ es un síntoma mostrado por diversas ciudades del mundo como Lima, que viven al acecho de la delincuencia.