Revista Nacheando Nro2 NACHEANDO NRO 2 NOV 2018 | Page 60
Aquí van algunas reflexiones:
Los inteligentes cerdos fueron muy lejos en cuanto al orden y resolución de los problemas de la
granja animal. Pero, en mi opinión, hicieron lo que les convenía para vivir lo más cómodamente
sin tener discusiones. Napoleón, el que se proclama líder de la granja, había robado y entrenado
cachorros de perro para que los animales cumplieran sus órdenes. En realidad los feroces perros
hacían el trabajo sucio por él. Los cerdos, incluido Napoleón, decidieron, entre otros placeres,
dormir en las camas de Jones. Esto fue exclusivamente para su comodidad, pero a los otros
animales les dijeron que si ellos no vivían en un lugar silencioso para pensar mejor, la granja
sería un descontrol y Jones volvería. Los infelices les creyeron. Todos los animales trabajaban
con sudor y esfuerzo con raciones pequeñas de alimento, mientras que los cerdos no se
ensuciaban las manos y comían el doble que los otros, justificando que sus cerebros lo
necesitaban. En fin, los animales siempre fueron víctimas del engaño de los cerdos, porque con
sus inteligentes argumentos los manipulaban.
Ignacio Javier Ruiz (3°S).
Es indignante el momento en el que Napoleón envía a Boxeador al matadero, ya que este fiel
animal, había dedicado toda su vida a esforzarse al máximo en el trabajo para beneficiar a todos.
Como era ingenuo creía todas las promesas sobre un lugar paradisíaco después de la muerte,
llamado Monteazúcar, a donde iban los animales que habían dado todo durante su vida. Lo cruel
es que el resto de la comunidad pensaba que Boxeador había sido enviado a una granja con el
fin de curarse de su enfermedad, cuando verdaderamente se encontraba muerto. Cuando
Boxeador no produjo más, Napoleón se deshizo de él, clara señal de que esta se estaba
pareciendo a una comunidad capacitista.
Jacinta Bayá Casal (3°S).
Lograr el silencio a través de la intimidación
Después de casi un año sin Bola De Nieve, Napoleón tenía a los animales “en sus pezuñas“, todos
le tenían miedo, pero nadie dudaba de él. Cada vez que un animal intentaba confrontar sus
ideas, Chillón siempre era el primero en reducir las dudas. Decía que todo lo que Napoleón hacía
era por el bien de todos y que si él no los guiaba era seguro que Jones volvería. Cuando los
animales empezaron a ver las mentiras de Chillón, Napoleón actuó rápido y empezó a infundir
miedo con violencia, intimidó a los animales con sus perros y demostró que él no tendría miedo
de matar a otro animal. Esto causó tal silencio entre los animales que se quedaron callados por
mucho tiempo que se olvidaron de lo que iban a decir en primer lugar…
Martiniano Torres (3°S).
Uno de los siete mandamientos en los que se basaba la rebelión de los animales decía: “todos
los animales son iguales”, es decir, que todos los animales tienen los mismos derechos, o al
menos, esto era al comienzo... Al final de la historia, luego de que todos los principios fueran
alterados por Chillón, este último y el más importante fue modificado también: “todos los
animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. Los cerdos hacía tiempo habían
tomado ventaja por sobre todos los animales, de todos modos, luego de que estos leyeran este
único mandamiento, quedaron desconcertados porque era engañoso ya que ponían “más
iguales que otros”, no decía “mejores que otros”, que era lo que realmente significaba. Entonces
los animales nuevamente caen en la trampa y se lo creen.
Lourdes Pérez (3°S).
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