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En Gibraleón comenzó en el año 1986, parece que fue
ayer y han pasado 33 años. Los inicios fueron duros,
teníamos una “escuela de adultos ” a la que había que
buscarle sitio y alumnado. Sin un edificio específico , se
compartía espacio con los colegios de los niños.
¡Gracias a los compañeros/as de primaria que nos echa-
ron siempre una mano!
Como prueba de las dificultades encontradas, recordar
que la Escuela de Adultos ha pasado por los siguientes
sitios: salón de plenos del Ayuntamiento (allí las piza-
rras eran cartulinas), edificio San Sebastián y colegios:
Fuenteplata, Aurora Moreno, Cervantes y Ramón y
Cajal.
Cuando la educación infantil abandonó el colegio Be-
lén, el edificio pasó a depender del Ayuntamiento y allí se
trasladó la Escuela de Adultos a la planta alta, compar-
tiendo espacios con los Servicios Sociales y varias aso-
ciaciones; fue la primera vez que la Escuela de Adultos
tuvo un lugar exclusivo para sus clases.
Actualmente la Escuela de Adultos está en el Centro
de Día Santa Ana. Edificio igual de céntrico pero mejor
equipado y sin barreras arquitectónicas.
¡ Por fin, ya era hora!
La primera función de los maestros/as fue dar a
conocer el Programa de Educación Permanente. En los
inicios, cada curso comenzaba con una campaña de
captación de alumnado, para ello se iba casa a casa.
Después se empezó a utilizar la radio, el vídeo comuni-
tario, la televisión local y…etc Siempre lo más efectivo
fue la difusión del propio alumnado que comentaba sus
vivencias en la escuela.
A las cinco de la tarde, cuando los niños/as acababan
su horario escolar llegaban los alumnos/as adultos para
ocupar sus pupitres repartidos entre los grupos de alfa-
betización, pregraduado y graduado escolar .
Al grupo de alfabetización acudían hombres y mujeres
que no se resignaban a seguir firmando con el dedo . En
el colegio descubrieron por primera vez el significado de
las letras y los números, aprendieron a poner su nom-
bre, su domicilio, ... etc La satisfacción de estas per-
sonas quedaba reflejada en sus rostros y demostraban
su interés por aprender con su asistencia diaria a clase.
En los grupos de graduado, el alumnado era más joven
su objetivo era conseguir la titulación mínima que había
entonces. Título que ayudaba a encontrar puertas abier-
tas en el mundo laboral.
Gibraleón siguió marcando su historia, los tiempos
cambiaron y surgieron otras necesidades. La Escuela
de Adultos dio respuesta ofreciendo otras alternativas:
la Educación Vial para que personas con dificultades
lecto-escritora pudieran obtener el carnet de conducir.
Además existían grupos de preparación para la prueba
libre de Formación Profesional.
Cuando cambió la Ley y se implantó la Enseñanza
Secundaria, la Escuela de Adultos no se quedó atrás,
los maestros/as se reciclaron para impartir también la
Enseñanza Secundaria para Adultos ( E.S.A.) facilitando
de este modo a la población olontense la nueva titula-
ción: Graduado en Educación Secundaria.
A lo largo de tantas experiencias educativas lo mara-
villoso ha sido contar con personas que piensan que
nunca es tarde y voluntariamente deciden continuar su
formación.
Durante estos años el binomio enseñanza -
aprendizaje ha funcionado ya que todos/as hemos
aprendido de todos/as, por ello mil gracias.