REVISTA MIRADAS INTERNACIONAL PERÚ EDICIÓN # 85 | Page 63

Aporte reposterial venido de España

Cuando pisaron por primera vez, el puerto del Callao y los galpones de Pachacamillas en Perú. Las esclavas moriscas trajeron consigo increíbles y deliciosas recetas secretas guardadas celosamente bajo el brazo. Sus novedosos y aromáticos insumos como el anís, la canela el clavo de olor, vainilla. Algunos de sus apetitosos postres como el Manjar y Arroz con leche, empezaban a cautivar los  paladares más exigentes de las mejores casas de Lima y Conventos del Perú.

El Ají de Gallina y El Manjar

Según nos deja saber el investigador Javier Masías. Nuestro delicioso plato peruano el Ají de Gallina, se remonta a épocas coloniales. Curiosamente el Manjar blanco y el Ají de Gallina  son muy cercanos y culinariamente tienen un mismo origen. En uno de los recetarios más antiguos de cocina Catalana del siglo XIV, de nombre  Llibre de Sent Soví. Se pudo apreciar que  El Menjer Blanc, era un plato a base de crema con trozos de pechuga de gallina, espesado con harina de arroz, endulzado con azúcar morena y almendra picada.

A su llegada al Perú, toma otro rumbo y ocurre el famoso mestizaje gastronómico. Llevado a las casonas de familias Limeñas, por manos morenas. En sus cocinas de leña, se le incorpora un insumo oriundo como el Uchu (ají amarillo); Sin dejar los ingredientes básicos, solo cambiando para mejorar texturas la gallina por pechuga de pollo y las almendras por pecanas. Variando el sabor de dulce a sutilmente salado. Llegando a ser aromático, suave, exquisito y sabroso plato favorito de todos los peruanos. Después de muchos siglos en nuestras cocinas. El Ají de Gallina nos sigue acompañando en las celebraciones más queridas de todos los peruanos. Los invito a disfrutarlo.

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