Revista Militar Armas Armas Edición 511 | Page 44

AC T I V I DA DE S DE L E J É RC I TO ejecución. Él mismo decidió en qué lugar recibía el tiro y arregló con los oficiales la forma como iba a perecer. No quiso que le vendarán los ojos, la muerte fue instantánea. El general se desplomó. MUERTE DEL GENERAL FELIPE ÁNGELES D urante la ceremonia, la Doctora Beatriz Gutiérrez Müller narró de manera emotiva, la parte final de la vida del General Felipe Ángeles, quien hasta el último momento fue leal a sus ideales: “Felipe Ángeles fue sentenciado a muerte por el Consejo de Guerra Ex- traordinario reunido en Chihuahua el 25 de noviembre de 1919. Citado tres días antes, este tribunal declara- ba culpable a Felipe Ángeles por del delito de rebelión y deserción ante el enemigo. Presidían tal consejo Manuel M. Dié- guez, el general de brigada Gabriel Gavira y cuatro vocales: Miguel M. Acosta, Silvino M. García, Fernando Peraldi y J. Gonzalo Escobar. Se re- portaba casado con 50 años de edad originario de Zacualtipán, Hidalgo. En dicho proceso estaban inculpados también el mayor Néstor Enciso de Arce, casado de 26 años originario de Rincón Antonio Oaxaca; y Antonio E. Trillo de 18 años, soltero y de Chi- huahua. La determinación del Consejo de Guerra fue fusilarlo, lo cual ocurrió a primera hora del 26 de noviembre de 1919. No sirvieron las gestiones de sus antiguos amigos ni de Sara Pérez, la viuda de Francisco I. Madero, a 40 armas enero · febrero 2020 Fue un incondicional del presidente Francisco I. Madero. Con él y con Pino Suárez pasó la última noche en vida de los dos titulares del Ejecutivo. Cables y noticias recogieron su deten- ción. Declaró por qué había vuelto a México y por tanto fue capturado en Chihuahua. Días antes de morir expresó, cito: ‘Madero era benévolo con todos sus enemigos y, sin embargo, estos enemi- gos seguían en su contra hasta hacerlo caer. La muerte de Madero hizo más bien al país que todas las gestiones que hizo en su vida, porque los ene- migos comprendieron su error, y si la Revolución sigue el mismo procedi- miento, seguirán muriendo líderes y gente’. Cito: ‘Vine buscando a Villa para pedirle magnanimidad en el trato a los prisioneros e hice gestiones para pasarme al sur, para hacer la misma labor acerca de los demás jefes rebel- des’. Agregó: ‘La violencia de muchos revolucionaros tiene este fundamen- to, la dominación española de tres siglos y los gobiernos despóticos y dic- tadores han hecho servil el alma del pueblo’. Villa le llegó a decir: ‘Usted es el primer hombre que me contradice y no ha muerto’. En declaraciones últimas al periódico El Heraldo dijo resignado, cito: ‘Hago votos por la felicidad de la patria, y quisiera que todos los mexicanos se unieran para lograr la consolidación del gobierno del señor Carranza, y que los estadistas pusieran todo su empe- ño para resolver los arduos problemas que afligen a la nación. He querido du- rante mi consejo de guerra justificar los actos de mi vida, no para salvarla, sino que para cuando ya no exista, se diga que no fui un hombre malo’. Según los periódicos del 27 de no- viembre, Ángeles demostraba sereni- dad y entereza en el momento de su Descanse en paz, general Ángeles, con honor y justicia en el centenario de su fusilamiento. Muchas gracias”. quien permaneció devoto y fiel aún después de la Decena Trágica.