Revista Los Nogales no. 5 - Septiembre 2015 | Page 56
Caminatas / Colegio Los Nogales
y autoestima, de arrojo y determinación
para alcanzar las metas propuestas.
Unos días después, el 25 exactamente, cuando ya estábamos aclimatados y
emocionados con la perspectiva de tocar las nieves perpetuas, se nos movió el
piso literalmente y estuvimos a punto de
abortar la misión. Sin embargo, gracias
al pésimo sistema de comunicaciones
con el que contaba el país, pudimos seguir adelante y lograr nuestro objetivo
ignorando el terremoto que había sacudido Armenia.
1995-96.
Caminata Nevados 9º
auto exigencia y mostrar nuestras buenas
maneras en la mesa. En esos años Jaime
Cantor, el equivalente de nuestro actual
Pedro, no nos proveía de esas maravillas
de la tecnología moderna que hoy tenemos. Así que subíamos al Nevado de
Santa Isabel usando unas confortables
botas marca Machita. Y tratábamos de
alcanzar el campamento base, a ratos a
bordo de una autóctona chiva y a ratos
empujándola, para sacarla de los barrizales sin que ningún nogalista se nos perdiera en los escarpados riscos. Ya eso era
una verdadera prueba de auto exigencia
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El regreso fue toda una clase de geografía
con el patrocinio de la empresa transportadora tech que nos llevó más de veinticuatro horas, una oreja gigante, casi que
la vuelta a Colombia, para evitar el paso
por la devastada Armenia. Recuerdo que
al regreso, cuando todos estábamos optimistas y eufóricos ya casi sintiéndonos
en nuestras confortables duchas y camas,
Velosa, nuestro veloz conductor elegido,
pensó que un buen lugar para que todos nos reabasteciéramos de combustible sería la hermosa Capital Mundial de
la Panela. Paramos en Villeta e hicimos
nuestras respectivas transacciones hidráulicas, con tan mala suerte que, según
algunos, el mesero se confundió y surtió