Revista Los Nogales no. 5 - Septiembre 2015 | Page 15

Caminatas / Colegio Los Nogales se creaban unos vínculos tan estrechos, tan lindos; como se enriquecía la relación entre el grupo y con los profesores. Yo creo que los profesores también tenían un cambio, a veces muy radical, cuando compartían con los niños de esa manera y los tenían que ayudar, que acompañar. A los profesores mismos se nos encomendaba toda una misión, la de cuidar la vida, pues como sabemos muchas caminatas tenían o tienen implicaciones delicadas de seguridad y de cuidado de los niños. Yo diría que toda la parte socio afectiva de las caminatas es algo supremamente impactante tanto para los niños como para los adultos que los acompañan. Pero fuera de eso, lo que se aprende es muy valioso. De muchas caminatas de esa época nosotros hicimos portafolios. Era muy bonito porque cubríamos temas de las muchas áreas académicas. Haydeé de Cadena, profesora de ciencias, nos mandó una vez a hacer un pequeño mapa en el que los niños tenían que poner a escala todas las especies de plantas. Trajimos muestras del páramo e hicimos como un inventario de sus características. También me acuerdo de que el Departamento de Español nos ponía alguna tarea, por ejemplo El caballo, de 15 Julio Arboleda que hace parte del poema épico de Gonzalo de Oyón y que según las tradiciones locales tuvo lugar en las peñas que quedan en Simijaca. Cuando fuimos a Machu Picchu leímos Alturas de Machu Picchu, del Canto General de Pablo Neruda y Los ríos profundos de Jose María Arguedas. El Departamento de Matemáticas contribuyó también asignándonos una tarea. Fue bonito, en esa época, integrar las áreas. El aprendizaje Aprendimos cosas tan simples como a comer cosas distintas. Aprendimos a 1997-98. Caminata Desierto de la Tatacoa 7º