Connie
1988
Constanza Patiño
Profesora de inglés, ciencias y matemáticas de primaria
/ Directora de grupo
P
ensar en hablar de una persona
como Connie es pensar en todo
momento en una hormiguita. Ahora bien, se preguntarán
porqué una hormiguita. Pues bien, las
hormigas son chiquitas, Connie también; son trabajadoras incansables, ella
también; aprenden a trabajar en grupo,
ella también; se le miden a cualquier reto
con tal de alcanzar lo que persiguen, ella
increíblemente lo logró. En este último
caso hablo de las caminatas, pues NUNCA nos hubiéramos imaginado a Connie
en una: sin baño para ella sola, comiendo
toda clase de comida, caminando bajo
fuertes aguaceros, conviviendo con insectos. Y todo esto para lograr su meta. Eso
sí, bien limpiecita, olorosa, bañada y con
toda su pinta perfecta de pies a cabeza.
Como buena hormiga, sin parar, logra
siempre lo que se propone.
En fin, con Connie he vivido momentos
alegres, tristes, duros, emocionantes. En
todos, siempre ha estado ella pensando en
los demás y dando lo mejor de sí. ¡Ah!
Para terminar no podía dejar de lado la
parte de la hormiga reina. Pues bien, ella
lo es en su forma de actuar, de comportarse, de expresarse y de buscar lo mejor
para sí misma, en el mejor sentido, por
supuesto.
Gracias Conita por estar siempre ahí.
Mónica López
Profesora de Primaria
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