En Los Nogales, Colombia y la paz siempre han estado presentes.
Luego siguieron los intentos del nuevo
presidente. Álvaro Uribe alcanzó la pre-
sidencia en 2002 y, aunque se dedicó
a combatir a los grupos ilegales como
sus antecesores, tomó una ofensiva más
fuerte. Las AUC prosiguieron esparcien-
do el pánico y una solución era urgen-
te. Durante la presidencia de Uribe se
aprobó la ley 975 de 2005, que buscaba
facilitar la reintegración a la vida civil
de los miembros de los grupos armados
ilegales. Además, la ley proporcionaba a
las víctimas el derecho a la justicia. En
2002, las AUC y el gobierno de Uribe
iniciaron negociaciones. La Fundación
de Paz y Reconciliación dice: “En di-
ciembre de 2002, las AUC declararon
un cese unilateral de hostilidades”. Pero
esto no era suficiente. En ese entonces
todavía tenía vigencia la ley 782 de 2002
que, en palabras de la Fundación: “solo
preveía la amnistía para delitos políticos
y conexos cometidos por los miembros
de organizaciones ilegales”. Se necesitaba
una nueva ley que fuera una herramienta
jurídica que permitiera que los desmovi-
lizados de las AUC se reincorporaran a la
sociedad. En este asunto hemos avanza-
do mucho y, gracias al esfuerzo de todos,
la paz estaba más cerca que nunca: esto
fue lo que finalmente sucedió el 26 de
septiembre de 2016 cuando se firmó el
acuerdo entre el gobierno y las Farc; el
presidente Santos y Timochenko, el líder
del grupo guerrillero, se reunieron para
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