Revista Los Nogales no. 10 - Junio 2018 | Page 39

co simple en física y la teoría de la re- latividad de Einstein. REcuerdo los partidos de fútbo, realmente el “mete gol tapa” que ar- mábamos con los de cursos cercanos: Pulga, Perdomo, Nicolás Vázquez, Jose Robledo, Omar, Camilo Cristancho, Montoya, entre otros. Esos mismos nos pasábamos al gimnasio a jugar básquet y también éramos el equipo de volle- yball, atletismo, gimnasia, etc. Las ven- tajas (o desventajas) de ser parte de las primeras promociones de un colegio que ni siquiera podía formar un equipo de fútbol completo con los hombres de 6º de bachillerato. Además de eso me dejó algo invaluable y fue la posibilidad de enfrentar cual- quier ideología y cualquier aproxima- ción a la vida y estar abierto a ella para entender y por lo menos dar el benefi- cio de la duda a la diversidad y las dis- tintas maneras de vivir y de pensar. Y REcuerdo sobre todo a mis com- pañeros. Grandes personas. A hoy grandes amigos. Las mujeres de mi generación: Poderosísimas y abande- radas de cada empresa que decidieron progresar. Alejandra Robledo, Bibiana Lloreda, Adriana Mejía, Carolina Mazuera, Johanna Lewis, Carolina Rudas, Catalina Aristizábal, entre otras, siempre fueron unas Ateneas Afroditas: diosas de la belleza y la sabiduría. Estos recuerdos llegan todos los días de una manera u otra. O con el mensaje de un amigo o con la repetición de una rutina que me haya dejado el colegio o cuando veo a mis hijas en su unifor- me del Colegio o cuando salgo a hacer ejercicio en la mañana o cuando hago una suma mental. Son cosas que nos acompañan todos los días REcuerdo además la aproximación a la vida que me dejó el Colegio. Me 39 enseñó lo enriquecedor que es el co- nocimiento. Sobre todo lo que más me inculcó fue que el mayor sentido del conocimiento es dar herramientas para aprender a disfrutar y a entender cada elemento del mundo físico, del metafísico, del filosófico. Es tener la capacidad de maravillarse (aún más), a través del entendimiento profundo de cada aspecto que nos rodea. Y po- demos usarlo para más cosas sin duda; podemos ponerlo a nuestro servicio para muchas otras cosas, pero de los fines que más sirven a nuestra felici- dad es el entendimiento y el asombro. REcuerdo el movimiento armóni-