La Madre se enfrentó a su Esposo con tal de
defender a sus hijos pero lamentablemente,
ella fue golpeada y se desmayó por varias
horas. Cuando ella despertó, lo primero que
hizo fue buscar a sus hijos, pero al buscarlos
por toda la casa, no los encontró ni a su
Esposo. Muy desesperada, salió fuera de la
casa y corrió bajo la tormenta llorando y
gritando el nombre de sus hijos por varios
días, meses, años, pero nunca los
encontró. Un día, tras buscarlos por mucho
tiempo, la Madre murió de tristeza. Tampoco
se supo nada de los niños, ni mucho menos
de aquel hombre que se los llevó. Desde ese
entonces, el espíritu de esta Madre no
descansa y todas las noches se le oye llorar y
lamentar por los alrededores de los pueblos
buscando a sus hijos. Las mujeres que logran
oír los lamentos y gritos de la Llorona, corren
asustadas rápidamente tras sus hijos para
esconderlos de ella, por qué si los encuentra,
se los puede llevar para siempre.