inundaba de pensamientos por nunca quererte perder, que concluían en que
no había persona más preciosa que tú en este jodido y asqueroso planeta.
Recuerdo que comenzó la distancia… Que empezamos a discutir por ver quien
carajos era el culpable y quien tenía que disculparse por darle más importancia
a eso que relajarse.
Recuerdo que ya no te encontraba tan brillante, y quizá te paso lo mismo, poco
a poco nos íbamos borrando y era más imposible estarnos conciliando, ese
futuro juntos se iba descociendo y en lugar de arreglarnos nos íbamos
jodiendo… aun no entiendo si estuviste fingiendo.
Recuerdo las promesas, esa felicidad cada mes ir por tu helado preferido, tus
bailes ridículos y mis toneladas de tonterías para que nunca parara tu risa. Los
viajes que nunca hicimos, y aquella vez, donde dijimos nos vemos pronto y ya
nunca nos vimos…
La primavera, una estación que trae consigo
diferentes situaciones, algunas muy curiosas,
un claro ejemplo es la historia en una familia
como cualquier otra, esta familia conformada
por una pareja y por sus 2 hijos, y todo
comienza en una mañana de un sábado…
Esposa: tengo un presentimiento como madre
que, algo va a suceder.
Esposo: La edad te está jugando una broma, ni tú misma crees en lo que estás
diciendo.
Esposa: Que quede claro, no estoy loca, pero tal vez tengas algo de razón y solo
sea el cansancio, como sea llama a los niños que vengan a comer.
Esposo: Ni tan niños, nuestros hijos están por ingresar a la preparatoria.
Esposo (gritando con voz fuerte): ¡Hijos vengan acá!
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