Columna de Opinión
Por: Doménica Buse
Investigar sobre la Ilustración Alemana fue un gran aprendizaje para mí. Esta época me ayudó a entender cómo era la educación en ese tiempo y como conforme van pasando los años esta ha evolucionado hasta lo que es la educación de hoy en día. Investigar y conocer a distintos filósofos me ayudó a entender la importancia de la educación y cómo a través de cada método de enseñanza, se puede ver al niño desde una perspectiva distinta. Fue gracias a estas filosofías que empecé a relacionarlas con la idea que tengo yo de la manera en que quiero educar a los niños a los que enseñaré. Esto significa que quiero moldear a personas con una ciudadanía activa, que puedan dar su opinión, que sean empáticos y que logren aceptarse a sí mismos como a las diferencias que los rodea.
Además, como dicen Schiller y Rousseau, el niño innatamente juega. Hoy día en el Perú esto está muy desvalorizado ya que pensamos que los niños deben aprender y llenar su cerebro de conocimiento, antes de dejarlos experimentar por ellos mismos.
De igual manera se les enseña a los niños a callar antes de dudar, esto se ve en la sociedad, ya que para los peruanos es más fácil callar que opinar y salir adelante. Yo como futura maestra tengo la posibilidad de cambiar esto, yo quiero que mis alumnos me cuestionen, duden, y creen así una opinión personal, que los lleve a sentirse seguros que ellos pueden ser el cambio que nuestra patria necesita. Porque es con el arma de la educación que podemos derrotar a una sociedad corrupta, violenta e indiferente.