REVISTA LA CRUZ 1077 JUL-AGO 2019 | Page 13

Tu presencia discreta J. Marcos Alba, MSpS Si pudiera tener ojos nuevos y mi fe fuera viva, podría sentir como Tú, Espíritu Santo, llegas, te acercas de mil maneras, insistes, te muestras en gozos pequeños y en grandes anhelos, presencia discreta, gentil, escondida, visita constante del amigo fiel. Si tuviera mirada atenta, de amor que vigila, lograría por fin descubrir que en todas las cosas, en cada persona estás actuando tan suave y tan fuerte, sembrando el cariño, el perdón, el detalle, llevando a la entrega, al servicio, a la lucha por llenar este mundo de vida y de bien. Si tuviera ojos nuevos, vería, Espíritu Santo, en tantos detalles que Tú estás ahí; un gozo que llega y no puede explicarse, un consejo oportuno, una acción solidaria, rezar, compartir; un sueño inocente, un chiste, una carta, una voz conocida, un amigo que llega, el amor que despierta en una pareja, la madre embobada mirando a su niño en sus brazos reír. Si pudiera tener ojos nuevos, si fueran mis ojos de niño otra vez, con asombro yo descubriría que toda la vida es milagro y tal vez no podría dejar de sentirte, dejar de alabarte, al ver tu presencia tan fiel, tan cercana, toda mi vida sería de fe. Te vería en el pobre que clama, en su sed de justicia, de vida y de pan y en aquel que en el sufrimiento conserva la paz, en el que aguanta la ofensa y perdona, en tantos que sueñan un mundo distinto, en los que construyen la paz cada día y en los que resisten a la tentación. Si tuviera ojos nuevos, vería, Espíritu Santo, en tantos detalles que Tú estás ahí: un gesto de ayuda desinteresada, servir al enfermo, a los pobres, y al triste buscar consolar; ceder el asiento, ayudar con un bulto, brindar un saludo sincero y amable, cantar la esperanza, repartir la alegría y ser contagiada por una mirada de un niño feliz. Si pudiera tener ojos nuevos... Escanea el código QR para escuchar el canto y descárgalo, o usa el siguiente link: www.bit.ly/2P5mcrz