iorana
Prevenir infecciones. Si ocurre algún pequeño accidente cuya consecuencia es
una raspadura, una herida en la piel o una quemadura, para evitar las infecciones
es necesario lavar inmediatamente la zona con agua. En caso de granos o ampollas es importante no tocarlas ni apretarlas.
¿Y la alimentación? Debe moderarse el consumo de carnes y priorizarse el consumo de
frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes como la A, C y E. Esta última
es una de las más importantes para el cuidado de la piel, ya que previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al
aumento del flujo sanguíneo de la piel. Está presente en aceites, frutos secos, en pescados y camarones y en vegetales como el brócoli, la espinaca, los espárragos, el tomate o
la zanahoria. Y, por supuesto, también es recomendable beber mucha agua.
Importancia del sueño. Las células se producen y recuperan su fuerza
cuando se duerme, ayudando a mantener una piel en buen estado.
Protección solar. Se recomienda cada vez un mayor factor de protección solar para
defender nuestra piel de los rayos ultravioleta. Este debe ser elegido de acuerdo con el
tipo de piel. En general, se recomienda usar como mínimo uno con 15 de FPS. Además,
deben aplicarse 30 a 45 minutos antes de iniciarse la exposición al sol, ya que son eliminados por el sudor y el agua.
Exposición al sol. Conviene reducir al mínimo la exposición al sol en las
horas centrales del día.
¿Y el cloro? Después de haberse expuesto al sol o al agua clorada de una piscina es
necesario darse una ducha para hidratar la piel. Se puede usar un jabón de PH normal
o levemente ácido, que contribuyen a no contraer ninguna infección dermatológica.
Antioxidantes. Debido a la exposición al sol y la agresión provocada por la
sal y el cloro, es necesario un proceso diario de recuperación de la dermis
que podemos conseguirlo gracias a productos que contengan antioxidantes.
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Fuente: www.hola.com