Revista Insurrección Insurrección 733 | Page 5

E l anterior llamado humanitario de realizar un Alto al Fuego Glo- bal, hecho por el Papa y por el Secretario General de la ONU, lo han desconocido Trump y la violenta élite colombiana; en cam- bio han aprovechado para sacar ventajas militares y financieras de las crisis sanitaria y económica agudizadas por el COVID-19. Trump esta semana echó su flota de guerra contra Venezuela y el viernes pasado desembarcó tropas desde helicópteros en los barrios de Cúcuta, a pocos metros del venezolano Estado Táchira. El tercer Gobierno de Uribe acatando a Trump, hace parte de este escala- miento de las agresiones contra la nación hermana y cuando la comuni- dad internacional pide Alto al Fuego, ellos acrecientan el plan de guerra de los Estados Unidos. Es bastante inhumano aprovecharse del sufrimiento de la gente para sa- car ventaja propia, que es lo que hacen cuando las clases dominantes to- man medidas para favorecer a los grandes capitalistas, mientras la gente padece el Coronavirus sin recibir alivio. Igual de peor es que desoigan el llamado al Alto al Fuego y respondan con un recrudecimiento de la guerra y de la militarización de la sociedad, a las que acuden para esconder la respuesta mediocre de los gobernantes ante la Pandemia. Congresistas y centenares de gentes colombianas acaban de expresar que “una guerra para derrocar un Gobierno de la región, además de in- fringir nuestra Constitución, resultaría un abuso, una ilegalidad y una transgresión del Derecho Internacional”. El régimen en vez de acuartelar sus militares y paramilitares, prosigue el exterminio sin tregua de líderes sociales, opositores y ex combatientes; continúa la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito y las fumiga- ciones con Glifosato, e incrementa los grandes operativos contra insur- gentes en todas las regiones de Colombia. Uribe y sus seguidores deben servir a la gente colombiana, en vez de ser incondicionales a la plutocracia de Trump y escuchar la enseñanza del Maestro Carlos Gaviria, quien decía: “yo no soy antiestadounidense. De- bemos tener muy buenas relaciones. Pero eso es distinto a enajenar la soberanía”. EDITORIAL 5