E
n Colombia el triunfo de la injusticia es un hecho y una
constante que debe ser modificada; por un lado, tenemos un
sistemático aumento de la desocupación, una persistente
precarización laboral, salarios estancados, aumento de im-
puestos y deudas para clases medias y bajas, el constante
deterioro de la seguridad social, un medio ambiente altamente con-
taminado, entre otros males.
Atónitos verificamos cómo se concentra la riqueza e ingresos en po-
quísimas manos, personas naturales y jurídicas con infinitos privi-
legios entre ellos, una baja y en algunos casos, nula tributación. Es
clarísima la injusticia en materia tributaria que impacta directamen-
te en la calidad de vida de la clase media colombiana, en especial las
grandes masas empobrecidas.
Es una de las manifestaciones de un Estado cooptado y diseñado por
pequeñas pero poderosas élites y corporaciones, quienes a sangre,
fuego, mentiras, compra de conciencias, de partidos políticos, alian-
zas criminales, entre otras estrategias, han logrado instaurar un régi-
men plutocrático sanguinario y criminal, sin precedentes.
Como mínimo debemos recuperar
el Estado Social de Derecho
A la hora de plantearnos un rediseño institucional, como mínimo de-
bemos contemplar recuperar el Estado Social de Derecho en el país.
Vale aclarar que la actual estructura del sistema político y económico
en Colombia no es ni liberal, ni garantista, en su esencia es neoliberal
y defiende los intereses de la plutocracia y los empresarios.
Por ello, creemos que, este eje del debate de país, debe tomar preva-
lencia en las movilizaciones sociales, populares, étnicas, por ende,
incluiría, además del debate sobre la precarización y la pobreza, el
centrar su mirada en los ricos. Garay, sustenta que en Colombia no
solo se habla de ricos, sino también de súper-ricos, y súper-súper ri-
cos, pues en esa pequeña franja de la población, las diferencias en la
dinámica de la hiperconcentración de poder y riqueza, son curiosa-
mente amplias.
SOLUCION POLITICA
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