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ueda demostrado que la subestimación del Coronavirus por
parte del Gobierno lo llevó a no tomar medidas a tiempo y
adoptar determinaciones tibias, con el resultado conocido
de agravar la crisis sanitaria, que produce un mayor núme-
ro de contagiados y de muertos por este virus.
La causa de la conducta anti popular del Gobierno reside en que obe-
dece a los intereses de los grandes capitalistas, para quienes primero
están las ganancias que el bienestar de la gente.
Hasta que Avianca no decidió inmovilizar el 90 por ciento de sus
aviones, Duque no avisó que iba a clausurar los vuelos internaciona-
les, que son el principal foco de contagio del COVID-19.
Servir a la minoría de súper ricos es la esencia de este Tercer Gobier-
no de Uribe, lo que mantiene en alerta a la sociedad y la lleva a desa-
rrollar protestas, que fuerzan a Duque a asumir las responsabilida-
des que tiene el Estado, para enfrentar esta pandemia. Gracias a esta
vigilancia y presión social al fin decretaron la Cuarentena Nacional
desde el 24 de marzo hasta el 13 abril.
Lo que viene de la pandemia será peor, por el calamitoso estado de la
salud pública y las tibias medidas gubernamentales, lo que requiere
mantener las actuales formas de movilización y protesta, para que
sigan empujando al Gobierno a actuar a favor de las mayorías nacio-
nales.
Es urgente hacer causa común por la vida, para solidarizarnos con
los sectores más vulnerables del país, como los habitantes de la calle,
los trabajadores informales, la población carcelaria, las etnias y la
gente de las regiones más excluidas.
En la búsqueda y concreción de soluciones, Colombia puede contar
con el Ejército de Liberación Nacional; porque en momentos de gran-
des crisis como ésta, Camilo Torres decía que:
“Necesitamos la unión por encima de los grupos. No podemos unir-
nos con base en ilusiones vagas. Ante todo necesitamos objetivos
nacionales que encaucen nuestras energías y las energías de todo el
pueblo colombiano”.
EDITORIAL
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