P
ara salvar el alma
no he de perder el
tiempo
con la misa de domin-
go
en el púlpito las sotanas
esconden falsos sacramentos
que ritualizan el engaño
y enaltecen la vida del pobre
como el camino hacia un
sufrimiento eterno.
Para salvar el alma
tampoco debe el creyente
replegarse hacia el encuentro
personal con Dios
ha de ver fijamente
el rostro de los que sufren
y encontrar allí
el principio redentor
aborrecer toda creencia en pre-
destinación
ninguno está condenado (Abso-
lutamente)
el secreto de la Fe
que mueve montañas
es que nos salvamos en Comu-
nión
construyendo un Frente Unido.
Para salvar el alma
el sermón que debe ser escu-
chado
es una especie de soplo
que agita lo más íntimo
a cultivar su más excelente va-
lor:
la desobediencia hacia el poder
por eso Jesús se ha sublevado
ante todo templo
en que se venere la hipocresía
del Estado y el Capital.
En carne y hueso
experimentamos cotidianamen-
te
los padecimientos de la gente
la explotación y la dominación
del marginado
encenderemos el fuego del
Amor Eficaz
única realización divina
como fundamento de nuestra
encarnación.
No existe salvación del alma
sin la salvación del pueblo.
La mayor profecía
es sabernos hacedores de la
historia
así en el cielo como en la tierra
porque el alma que se dirige
hacia la salvación
no le teme a la muerte
sabe que en su encuentro clan-
destino
conquista la libertad del pueblo
“consumiéndose gustosamente”
lanza un grito mesiánico
un verdadero imperativo éti-
co-mítico:
¡Ni un paso atrás
Liberación o Muerte!
MEMORIA COLECTIVA
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