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as denuncias hechas por la Congresista Aída Merlano el mes pa-
sado, dañaron la carrera por la presidencia emprendida por el
Clan de los Char. Ahora desde el 3 de marzo se conocen los de-
talles de la compra de votos y presiones electorales hechas por
narcos de la Guajira comandados por el finado Ñeñe Hernández,
por encargo del ex presidente Uribe, que deja sin legitimidad la presiden-
cia de Duque.
Al desprestigio por corrupción hay que sumarle la protesta generalizada
que provocan las medidas anti populares que impone el Gobierno, que
pretende sofocar con persecución y exterminio de líderes sociales, opo-
sitores y ex combatientes.
Un salvavidas 'le cayó del cielo' al régimen el pasado 6 de marzo, cuando
se contagiaron de Coronavirus los primeros colombianos; porque si el
Ñeñe virus coloca a tambalear al Gobierno, el Covid-19 tiende una cortina
de humo a su precaria gobernabilidad.
En igual forma a la crisis sistémica que sufre el capitalismo, esta pande-
mia de Coronavirus le ofrece un respiro inmenso, porque desde la últi-
ma Guerra Mundial concluida hace 75 años, hasta ahora, la humanidad
vuelve a resistir una embestida de manipulación de información, miedo
y control social como la presente, dirigida a aplastar el pensamiento crí-
tico y a disolver la protesta social.
Así como la pandemia es una oportunidad para las clases dominantes,
también entraña riesgos porque crea nuevos factores de desaceleración
económica, cuando el sistema ya venía desde el año anterior con una
“situación peligrosamente vulnerable”.
La sociedad colombiana amenazada como viene por reformas antisocia-
les como la pensional, la laboral y otra tributaria, enfrenta ahora la cruda
realidad de no contar con un sistema de salud pública capaz de enfrentar
la pandemia, porque para el Gobierno neoliberal la salud es un negocio y
no un derecho fundamental. Crisis humanitaria que incorpora otro moti-
vo para proseguir la lucha contra el corrupto régimen imperante.
Uribe y Duque decretaron una Emergencia Sanitaria para acabar la movi-
lización, pero los dirigentes del Paro Nacional han llamado a mantener la
agenda de lucha, conscientes que la única lucha que se pierde, es la que
se abandona.
EDITORIAL
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