E
l Plan de Desarrollo y la Reforma Tributaria, como el resto de
leyes y medidas presidenciales sólo favorece a las multina-
cionales, las grandes empresas y a los súper ricos, a la vez
que sacrifican a los pobres y los sectores medios.
El empobrecimiento y la exclusión acrecienta el desconten-
to social y vuelca el pueblo a las calles desde el 21 de noviembre pasa-
do, para protestar contra el mal Gobierno y exigir otro que si gobierne
para las mayorías nacionales.
Duque ha hecho trizas la paz y ha retornado a los años nefastos de
la Seguridad Democrática de Uribe y a la Seguridad Nacional con las
que niega la existencia del conflicto interno, sataniza la movilización
y el derecho a la protesta, empeora la situación de los Derechos Hu-
manos y ejecuta el exterminio de sus opositores, que en 18 meses de
Gobierno lleva asesinados 394 líderes sociales y 55 excombatientes
de las FARC.
Represión hecha con fuerzas policiales, militares y narco paramilita-
res, que denuncia el Informe de la Oficina para los DDHH de la ONU
presentado el pasado miércoles.
El Gobierno en vez de examinar los problemas planteados por el In-
forme de la ONU, lo tilda de chambón y violatorio de la soberanía
nacional.
El pueblo colombiano está exigiendo un Gobierno que traiga paz, de-
mocratización, justicia social y soberanía, que lo reclama en las calles
y prepara nuevas movilizaciones y protestas tendientes a presionar a
Duque para que negocie el Pliego del Comité Nacional de Paro.
Nada más urgente, justo y sensato que tales exigencias, como reto del
futuro inmediato.
EDITORIAL
5