Revista Insurrección Insurrección 727 | Page 17

L a violencia selectiva contra líderes y lideresas sociales la ejecutan por medio de asesinatos, difamaciones, amenazas, atentados, desplazamientos, destierros y falsos positivos ju- diciales; todos ellos para frenar la defensa de los derechos de las comunidades. Según la Fiscalía General de la Nación, entre 2016 y 2019, 2.792 líderes sociales, políticos, sindicalistas, ambientalistas y activistas comuna- les han sido víctimas de agresiones [1]. En lo corrido del 2020 han asesinado 52 líderes sociales en 36 mu- nicipios [2]; el exterminio se ha focalizado en líderes relacionados con proyectos mineros, Programas de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) y Juntas Comunales. Por su parte, la Justicia Especial para la Paz (JEP), plantea que el rol de la Inteligencia Militar ha sido transcendental y determinante en los Crímenes de Estado y el exter- minio a los líderes Sociales [3]. No cesan la persecución y los ataques Comunidades del Parque Cordillera Picachos en el Meta, denuncia- ron que miembros de la Fuerza de Tarea Omega del Ejército estatal, el 22 de febrero ametrallaron y gasearon habitantes de la vereda El Tapir, dejando varias personas heridas y más de 40 detenidos [4]. La Corporación Jurídica Libertad (CJL), denunció que desde que soli- citaron la exclusión del General Mario Montoya del Sistema de Justi- cia Transicional, han sido objeto de seguimientos ilegales por miem- bros de la Fuerza Pública [5]. El Congresista de la Oposición, Gustavo Petro, denunció que la vi- vienda de su madre, fue asaltada sin que se presentara ningún robo. Luis Ernesto Olave, líder afro y uno de los representantes del Comité del Paro Cívico del Chocó; se vio obligado a abandonar su región por las constantes amenazas de las que es objeto. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), denunció que nuevamente las Águilas Negras amenazaron a los líderes indíge- nas Aida Quilcué y Feliciano Valencia. SOLUCION POLITICA 17