Revista Insurrección Insurrección 726 | Page 15

Para amedrentar han echado mano a los falsos positivos judiciales contra activistas de la protesta, también, como fue evidente en días pasados, han recurrido a su brazo siniestro: las Águilas Negras, para amenazar a la dirigencia de las movilizaciones, mientras las distin- tas expresiones paramilitares bajo la indiferencia y la complicidad del Gobierno se ensañan en las regiones contra los líderes sociales. Una fractura sería el peor escenario A pesar de ese clima de represión, el movimiento sigue, mantiene su dinámica y puede presionar nuevas situaciones en el país. Obviamen- te para que ello se dé seguirá siendo decisiva la confluencia y la uni- dad de las distintas organizaciones, fuerzas, tendencias y procesos comprometidos. Una fractura en el momento lesionaría gravemente y hasta podría frustrar este esperanzador despertar que hemos visto desde el 21 de noviembre. Es lógico que en una movilización tan diversa, de muchos sectores, intereses, fuerzas y organizaciones, se presenten divergencias de distinto calado. Pero es un reto, un imperativo del momento, lograr ser con otros y ganar esa visión en la mayoría de las organizaciones, lo que representaría un avance y un progreso frente a costumbres negativas que se han dado en el pasado. Pero ello implica un espíritu, una mentalidad, una disposición, una metodología y sobre todo una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Sin ello quedarían como letra muerta, las sabias palabras del padre Camilo Torres, a propósito del aniversario 54 de su muerte en combate, el pasado 15 de febrero: “insistamos en lo que nos une y prescindamos de lo que nos separa”. La continuidad y fortalecimiento de la movilización, necesita de una convocatoria unificada al nuevo Paro Nacional de las próximas se- manas, de un plan de acción, una agenda común y de un mismo es- pacio de referencia en el que confluya la diversidad de los procesos que están en el movimiento. SOLUCION POLITICA 15