E
ste conato de inconformismo y movilización, de varias se-
manas en Colombia, nos pone a pensar mucho sobre las di-
mensiones reales de procesos insurreccionales; en los que
el caos reina y, por más planificación que se tenga, será des-
bordada, por el impacto político-social cuando la gente acu-
de a un llamamiento general, y dentro de la gran masa movilizada, los
organizados terminan siendo una ínfima minoría.
La reacción de las masas es directamente proporcional a la opresión
y explotación a la que han sido sometidas durante tanto tiempo. En
todo proceso de sublevación, revolucionario o no, los excesos son
normales y entendibles, así no sean lo ideal; pero condenarlos es des-
conocer que es la forma como el pueblo excluido, explotado y despo-
litizado, se levanta contra la tiranía, se rebela cansado de aguantar.
No menos cierta es la “Teoría del shock”: generalizar miedo, pánico,
terror; y para ello el mismo establecimiento tras bambalinas promue-
ve vandalismo, para poder estigmatizar la justa protesta popular y
que al final la ciudadanía presa de pánico, termine plegándose al lado
del Estado y reclamando la presencia de las Fuerzas Armadas como
solución a ese miedo.
Indignación mata miedo
Gobernar con base en el miedo es tan antiguo como la sociedad de
clases, y se refleja a nivel macro en guerra preventiva, enemigo Sa-
dam, enemigo Osama, enemigo ISIS; a nivel regional en enemigo cas-
trochavismo, enemigo Foro de São Paulo; a nivel nacional en ene-
migo FARC, enemigo ELN, enemigo disidencias, enemigo Guacho,
enemigo Mayimbú…; y hasta en los hogares se utiliza esta forma: “si
no se duerme se lo come el coco”, “si no se porta bien se lo regalo a un
viejito”, “si no hace caso le digo a ese señor que se lo lleve”…
No se puede olvidar que la revolución es fruto de la necesidad, no sólo
de la conciencia; otra cosa es que se requiere el elemento consciente
para tratar de liderar y capitalizar la ira y descontento popular. Las
mayorías, no se levantan por conciencia, salen a la calle o se meten
a la guerrilla porque “están mamados”, porque tienen hambre, porque
no aguantan más humillación, porque no tienen empleo y por mu-
DEBATES del CONFLICTO
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