Revista Insurrección Insurrección 717 | Page 37

E s altamente positivo el balance sobre el comportamiento del campo popular y democrático en 2019, sus reclamos se convirtieron en el tema más relevante del país, gracias a la movilización social que se ha desatado con el Paro Nacional iniciado el 21 de noviembre. Desde el último trimestre de 2018, los estudiantes están reclamando presupuesto para la Universidad pública, junto a sectores que con- frontan la regresiva Reforma Tributaria presentada por este tercer Gobierno de Uribe. En marzo de este año, la Minga Indígena bloqueó durante un mes la carretera Panamericana entre Popayán y Cali; el 25 de abril un Paro Nacional de 24 horas rechazó las medidas anti sociales del Gobierno y el exterminio sistemático de los líderes sociales. Salto cualitativo y mayor confluencia La convocatoria al Paro Nacional del 21 de noviembre desató la mo- vilización de masas más fuerte de las últimas décadas, superando la del Paro Cívico de 1977. Las jornadas de masas que vivimos en las últimas semanas, expre- san una mayor profundidad del nuevo ciclo de ascenso de las luchas sociales, que se perfiló como tendencia en el país desde el 2008 y que le siguió a uno anterior, que va desde fines de los 80 hasta la primera década del 2.000, en el que las luchas sociales y de masas sufrieron un notorio descenso, fueron menos prolongadas, más dispersas, me- nos nacionales, más fragmentadas sectorial y localmente, más rei- vindicativas y menos políticas. A diferencia de los Paros Nacionales del 2013, 2014 y 2016, en los que el sujeto principal estuvo conformado por los sectores agrarios, las jornadas de movilización de estas últimas semanas, han tenido un componente principalmente urbano y juvenil, y una composición so- cial diversa, con la presencia de los sectores populares, pero también de los de clase media, profesionales, artistas y otros. BALANCE 2019 37