Revista Insurrección Insurrección 715 | Page 15

y se le quiere obligar a cometer varias infracciones, entre ellas Perfi- dia, que es una repudiable acción catalogada como crimen de guerra (por violación de la Norma 65 del Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario). Nos hallamos ante un caso insólito, en el que más allá de una situa- ción nacional, enfrentamos una afrenta de alcance mundial. No se puede imponer el desconocimiento del principio de que los Tratados son para cumplirlos de buena fe (“Pacta sunt servanda”: artículo 26 de la Convención de Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados), o “invocar las disposiciones de derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”, lo cual está terminantemente prohi- bido (artículo 27). Ni con pretexto de una ruptura o nueva decisión gubernamental, quebrantar obligaciones internacionales adquiridas previamente (artículo 43). El gobierno de Colombia, que ha votado en la ONU (7 de noviembre de 2019) no condenando el bloqueo criminal de Estados Unidos contra el pueblo cubano, adopta claramente la posición autoritaria que bus- ca desaparecer enunciados elementales del derecho internacional, como son el respeto declarado a la soberanía de los pueblos y a otros fines convenidos desde la misma Carta de las Naciones Unidas (1945), la solución amistosa de controversias con base en medios pacíficos y la aplicación del principio según el cual los Estados “cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas” (artículo 2º). Hacer trizas un compromiso de Estado, obligar a otros Estados a que hagan lo mismo y cometan un grave delito internacional como es la Perfidia, equivale a romper de manera definitiva la base y justifica- ción del derecho internacional, en materia tan delicada o primordial como es el acervo del derecho convencional y consuetudinario relati- vo a las reglas humanitarias y a la resolución pacífica y dialogada de los conflictos armados. Dicho acumulado de civilización está siendo atacado por intereses para los que no vale la palabra, el derecho, la coexistencia, ni mucho menos los derechos humanos y otros costosos fundamentos, necesa- rios para la construcción de una cultura de paz. CARTAS 15