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a Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, la Alianza
de Organizaciones Sociales y Afines, la Plataforma Colom-
biana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo y la
Cumbre Agraria en un espacio de Confluencia, desde mayo
venían realizando una concertación con el Gobierno Nacio-
nal, para la formulación de una Política Pública Integral de Respeto y
Garantía para la Labor de Defensa de Derechos Humanos, que permi-
tiera frenar la violencia contra los líderes sociales en el país.
Esta Confluencia acaba de decidir que se retira de ese espacio de in-
terlocución, porque el Gobierno ha despreciado las propuestas que
presentaron y optó por extremar la militarización de los territorios [1].
“Para ganarle a la guerra hay que cumplirle a la paz”
Recientes denuncias responsabilizan a las Fuerzas Armadas (FFAA)
de involucrarse en narcotráfico, en más de ocho casos de asesinatos
de civiles -Falsos Positivos-, el ocultamiento del asesinato de ocho
menores en un bombardeo, entre otros, desembocaron en la salida
del Ministro de Defensa, Guillermo Botero, cambio cosmético que no
puede ocultar la necesidad de cambiar la Doctrina Militar y la política
belicista del Estado.
Luis Fernando Arias, Consejero Mayor de la Organización Nacional
Indígena de Colombia (ONIC), aseguró que para ganarle a la guerra
hay que cumplirle a la paz [2]; sin embargo, al Gobierno la guerra le
resulta un lucrativo negocio. En el Presupuesto General de la Nación
para 2020 contempla para el sector defensa 35,7 billones de pesos,
dándole un incremento del 6,3 por ciento; mientras para la paz tan
sólo asignó 9,8 billones [3].
Aida Quilqué, Consejera de Derechos Humanos de la ONIC, declaró
que “Duque ha promovido la guerra en el país y como consecuencia
se han triplicado las agresiones; 868 amenazas, 12.549 personas con-
finadas, 5.180 desplazadas y 120 indígenas asesinados” [4].
La Consejera Quilqué dijo que una de las causas de este Genocidio es
que los Gobiernos se niegan a firmar un Pacto Social que supere las
crecientes brechas de desigualdad; por el contrario, la élite gober-
nante define a los pueblos indígenas, negros y campesinos, como un
SOLUCION POLITICA
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