Sólo entre julio y octubre de 2009 Uribe firmó 1.900 contratos para conce-
sionar la explotación minera en los Páramos y renovó los existentes; todos
los que mantienen concesiones en Páramos argumentan que a ellos se les
dio el derecho de explotar los territorios, antes que fuera promulgada la Ley
de protección a los Páramos, por tanto reclaman “derechos adquiridos”.
Vale más el agua que el oro
La minería en los Páramos afecta el nacimiento de los acuíferos que surten
los ríos que alimentan los acueductos de las principales ciudades; además
de afectar a 4.700 especies de plantas, 70 de mamíferos, 87 de anfibios y
cerca de 154 aves, muchas de estas especies de carácter endémica, como es
el caso del Frailejón.
El Ministerio de Hacienda y el Banco de la República explican que el au-
mento de la explotación minera se debe al crecimiento del precio del oro,
que pasó a valer 1.300 dólares la onza Troy, y por las generosas Exenciones
Tributarias que otorgó Uribe a las multinacionales mineras y petroleras
para que explotaran estos recursos.
Un Bien Común no lo puede monopolizar el 1%
Colombia es un país con enormes fuentes hídricas, tres veces mayor que la
oferta hídrica promedio en Suramérica y seis veces la del promedio mun-
dial; sin embargo, pervive su privatización y restricción del agua, debido al
modelo privatizador neoliberal al que nos tiene sometido la élite gobernan-
te, que privilegia la acumulación de capital por sobre la vida humana, y la
extracción de recursos minero-energéticos y monocultivos sobre la garan-
tía del agua.
Mientras el agua escasea y se contamina en las zonas de explotación, miles
de personas en regiones apartadas y en orfandad estatal como la Guajira o
el Chocó, que son ricas en yacimientos minerales como carbón, oro, platino,
entre otros, pero no tienen acceso a agua potable y viven en condiciones
lamentables, sin una calidad de vida digna.
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[*] Rechazo a la minería. https://www.elespectador.com/noticias/nacional/rechazo-mineria-articulo-389483
DEBATES del CONFLICTO
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