E
blica.
n las pequeñas, medianas y grandes ciudades funcionan
Bandas dedicadas a negocios ilícitos, que están inmersas
en el comercio, el turismo, el tráfico de personas, el proxe-
netismo, el narcotráfico, la contratación pública, entre otros;
todas ellas vinculadas con Clanes Políticos y la Fuerza Pú-
Bandas Urbanas un método de control
El actual paramilitarismo urbano es continuidad de las estructuras
urbanas de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC);
como brazo de violencia, corrupción y clientelismo de las élites do-
minnates. Desde el Acuerdo de Ralito (2006) la mafia invadió amplias
estructuras del poder estatal como proyecto político-militar, social y
económico de extrema derecha.
Hacia el 2018 la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL) tenía en su
registro a 2.000 bandas en Colombia, 32 de ellas en las ciudades; es-
tructuradas como paramilitares, redes de narcotráfico y mecanismo
de control social urbano.
Moderno Ciber paramilitarismo
La matriz comunicativa del paramilitarismo en connivencia con
estructuras del Estado y en complicidad con empresas de comuni-
cación, crecieron desde la década del 90 con el acceso a la Red de
Internet web, así lo registra la investigación de Lina María Patricia
Manrique [1]:
“Desde 1997 hasta 2007, las AUC pusieron en funcionamiento 12 agen-
cias mediáticas, crearon videojuegos y reclutaron a diseñadores e in-
genieros que operaran estos sitios, con estrategia comunicacional y
diseño exclusivamente emocionales y argumentos engañosos; desde
entonces hay páginas y redes activas que le sirven para hacer nego-
cios, amenazar, espiar y seleccionar víctimas”.
DEBATES del CONFLICTO
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