Dr. Iván Duque Márquez
Presidente de la República
E.S.D
E
Respetado Sr. Presidente
n los últimos días han crecido las declaraciones ambiguas
de miembros del Alto Gobierno en torno de una posible rup-
tura de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Cuba.
Sería un grave error.
Ya el Estado colombiano se equivocó cuando, tras un agra-
vamiento de las diferencias mutuas se produjo la ruptura de las rela-
ciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, a pesar de los nu-
merosos temas de interés común entre dos naciones vecinas. Desde
entonces la diplomacia serena ha sido reemplazada por la improduc-
tiva “diplomacia de los micrófonos”.
Lo único que se ha logrado con esta política inútil ha sido un esca-
lonamiento de las tensiones bilaterales. ¿Vamos a repetir con Cuba
este camino equivocado?
Para comprender el sentido histórico de la diplomacia, basta recordar
que nunca, ni en los momentos más álgidos de la Guerra Fría, Was-
hington y Moscú rompieron sus canales diplomáticos. Incluso, tras la
crisis de los misiles nucleares que la URSS intentó instalar en Cuba
en 1962 y que pusieron al mundo ad-portas de una guerra atómica, la
respuesta fue el famoso teléfono rojo que aún hoy se mantiene activo.
La diplomacia es útil entre Estados con agendas compartidas, pero
es indispensable entre Estados que tienen miradas distintas sobre el
orden mundial o regional.
Hoy en día la frontera más sensible a nivel continental es la frontera
colombo-venezolana. Un agravamiento de las tensiones entre Bogo-
tá y Caracas puede ser catastrófica para ambas naciones. Y dada la
ausencia de canales diplomáticos, Cuba constituye un puente nece-
sario para impedir que ante el diálogo roto las tensiones se sigan es-
calando.
CARTAS
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