Revista Insurrección Insurrección 708 | Page 11

L a resistencia indígena comenzó el 12 de octubre de 1492 cuando los navíos de la corona española invadieron a Améri- ca y dieron inicio al Genocidio más grande de la historia, en el que más de 70 millones de personas perdieron la vida, su identidad, su cultura y la libertad. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) registra 120 masacres contra población indígena; más de 160 líderes indígenas asesinados después de la firma del Acuerdo de Paz, 97 de estos du- rante el primer año del Gobierno de Duque, principalmente en Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Chocó y en el Catatumbo [2]. La militarización y la violencia sistemática ejercida contra las etnias indígenas busca la apropiación de sus territorios, para establecer y desarrollar megaproyectos agroindustriales y extractivistas. El Estado desconoce las Consultas Previas obligatorias con las comu- nidades para poder entregar los territorios ancestrales al gran capi- tal. Despojo que el Centro Democrático busca legalizar en el Congreso de la República. La lucha del movimiento indígena es por la defensa de la Vida, el Territorio, su Autonomía y su Cultura; la tierra además de ser me- dio de supervivencia física, es un espacio sagrado que proporciona sabiduría y contribuye a la reproducción cultural, espiritual y de las tradiciones. Manuel Quintín Lame (1880-1973) el más grande líder de las luchas indígenas del último siglo, decía: “Yo soy el indígena que fue educado en las selvas por medio de la ‘Voz del Silencio’, allá en la casa del tesoro de los humildes donde me edu- qué para la defensa del indiecito ante las calumnias de mis enemigos blancos”. SOLUCION POLITICA 11