“Para sostener esa inexistencia del conflicto habría que desmontar
hechos, cifras y evidencias como los que sustentan los dos volúmenes sobre
la violencia de Fals Borda, Umaña Luna y monseñor Guzmán en 1962.
La misma suerte correrían el informe de los violentólogos en 1987.
Fueron investigaciones que ratificaron expresiones como la del
expresidente Alberto Lleras sobre ‘una guerra civil no declarada’.
En 1957 Lleras señaló que en el objetivo de la política contra la violencia
‘por encima de la pacificación estaba la paz que es el orden y la convivencia’.
Al secuestrar desde el poder la memoria y la historia del país se niega el
conflicto del pasado, para hacer trizas los esfuerzos de paz del presente,
a sabiendas de que el conflicto marcará con sangre el futuro”.
Javier Darío Restrepo. La Memoria Secuestrada. El Heraldo, 2-09-2019.