En este mandato de Uribe-Duque el país está aún más incondicional
a los dictados de la plutocracia de los Estados Unidos, a su plan de
guerra perpetua que coloca al país en un estado belicoso contra la
vecina Venezuela. No hay que olvidar que hace una década Uribe
entregó territorio colombiano para una docena de Bases militares de
EEUU... ¿Qué de nuevo tiene que ahora coloque a Colombia otra vez
a ser el Caín de América?
Si ahora el régimen ha instalado una Guerra contra la sociedad que
se ensaña contra los líderes sociales, defensores de derechos huma-
nos y del territorio... ¿Ella no tiene raíces en las matanzas de civiles y
asesinatos selectivos ocurridos durante las dos presidencias de Uribe?
¿Dónde está la novedad de este Genocidio Político?
Crecen los lamentos porque el Congreso hundió la posibilidad de ha-
cer leyes contra la corrupción, desconociendo la Consulta popular
que hace un año fue respaldada por casi 12 millones de compatrio-
tas que produjo un contundente mandato anti corrupción, ¿Por qué
venir a quejarse ahora de un régimen que se lubrica con sobornos,
fraudes y robos de bienes comunes y recursos públicos, como si la
corruptocracia apenas fuera a inaugurarse?
Lo bueno de todo es que Colombia resistió el primer año de la admi-
nistración Uribe III, pero lo peor es que faltan tres años de mal gobierno
para las mayorías nacionales, mientras crecen las jugosas ganancias
de los grandes banqueros y empresarios nacionales y extranjeros.
Por fortuna crecen las confluencias para defender el camino de la
solución política del conflicto, para rechazar el exterminio sistemáti-
co del liderazgo social y los ex combatientes, para buscar modelos
alternativos que reemplacen la fracasada Guerra contra las drogas,
para buscar una buena vecindad con Venezuela y para dar un trato
amable a la Madre Tierra.
Para la paz y la democratización de Colombia pueden seguir con-
tando con el ELN.
Editorial
Revista Insurrección / Página 7