Revista Insurrección insurrección 698 | Page 39

E n el río Catatumbo abunda la biodiversidad y en su vasto territorio hay humedales, alrededor de los cuales conviven especies de felinos, mamíferos, reptiles, aves, insectos, entre otros; además, su cuenca tiene una reserva de 450 millones de barriles de petróleo y 500 giga pies cúbicos de gas, con- centrados en Tibú, Puerto Santander y Oripaya. La Agencia Nacio- nal de Hidrocarburos en 2015, titulo 337 mil hectáreas para explo- tación y 224 mil hectáreas están en proceso de adjudicación [1]. En este territorio existen numerosos proyectos para explotar diver- sos minerales e hidrocarburos a través de contratos de concesión otorgados a 30 y 40 años, lo cual traerá un gran daño ambiental, social y despojo de la tierra y perdida de la cultura ancestral. De Zona de Reserva Forestal a Área Minero-Energética La Ley N° 2 de 1959, constituyó el Parque Nacional Natural Cata- tumbo Barí, una reserva forestal rica en diversidad biológica; sin embargo, esta reserva actualmente esta amenazada por la ex- tracción de recursos naturales no renovables. Desde el 2003 los indígenas Barí emprendieron nuevas luchas con- tra las empresas petroleras que pretenden instalarse en el corregi- miento la Gabarra municipio de Tibú. La Sentencia T-880/2016 de la Corte Constitucional ordenó a Ecopetrol suspender la explota- ción petrolera y realizar consultas previas [2]. Los proyectos extractivistas no se detienen, la empresa Leyhat Co- lombia Sucursal tiene 17 concesiones sobre 25.294 hectáreas para exploración y explotación de oro en los municipios de La Playa, Ábrego, Hacarí, Ocaña, Convención, Teorama, Sardinata y Buca- rasica, con vigencia a 30 años. De igual forma la empresa cana- diense Greystar tiene en concesión 6.078 hectáreas en Norte de Santander, en zonas aledañas al Páramo de la Discordia con vi- gencia de 30 y 37 años. Debates del Conflicto Revista Insurrección / Página 39