E
n el río Catatumbo abunda la biodiversidad y en su vasto
territorio hay humedales, alrededor de los cuales conviven
especies de felinos, mamíferos, reptiles, aves, insectos, entre
otros; además, su cuenca tiene una reserva de 450 millones
de barriles de petróleo y 500 giga pies cúbicos de gas, con-
centrados en Tibú, Puerto Santander y Oripaya. La Agencia Nacio-
nal de Hidrocarburos en 2015, titulo 337 mil hectáreas para explo-
tación y 224 mil hectáreas están en proceso de adjudicación [1].
En este territorio existen numerosos proyectos para explotar diver-
sos minerales e hidrocarburos a través de contratos de concesión
otorgados a 30 y 40 años, lo cual traerá un gran daño ambiental,
social y despojo de la tierra y perdida de la cultura ancestral.
De Zona de Reserva Forestal a Área Minero-Energética
La Ley N° 2 de 1959, constituyó el Parque Nacional Natural Cata-
tumbo Barí, una reserva forestal rica en diversidad biológica; sin
embargo, esta reserva actualmente esta amenazada por la ex-
tracción de recursos naturales no renovables.
Desde el 2003 los indígenas Barí emprendieron nuevas luchas con-
tra las empresas petroleras que pretenden instalarse en el corregi-
miento la Gabarra municipio de Tibú. La Sentencia T-880/2016 de
la Corte Constitucional ordenó a Ecopetrol suspender la explota-
ción petrolera y realizar consultas previas [2].
Los proyectos extractivistas no se detienen, la empresa Leyhat Co-
lombia Sucursal tiene 17 concesiones sobre 25.294 hectáreas para
exploración y explotación de oro en los municipios de La Playa,
Ábrego, Hacarí, Ocaña, Convención, Teorama, Sardinata y Buca-
rasica, con vigencia a 30 años. De igual forma la empresa cana-
diense Greystar tiene en concesión 6.078 hectáreas en Norte de
Santander, en zonas aledañas al Páramo de la Discordia con vi-
gencia de 30 y 37 años.
Debates del Conflicto
Revista Insurrección / Página 39