E
l pasado 31 de julio el Senado de los Estados Unidos nombró
a Philippe Goldberg como su Embajador en Bogotá, en los
días siguientes divulgaron las cifras sobre el crecimiento en
2018 de la producción de cocaína en Colombia.
El mensaje que envían es que debido al incremento de la
producción de cocaína, los EEUU nombran a un Embajador espe-
cializado en la fracasada Guerra contra las drogas, que antes tra-
bajó en Bogotá durante el diseño y ejecución del mal llamado Plan
Colombia.
La nueva fase de guerra contra las drogas
El Gobierno de Duque esta empecinado en una política antidro-
gas fundada en dos ejes, la aspersión aérea con Glifosato y el pro-
hibicionismo; con esto busca cumplir las ordenes dadas por Trump
y replicar el fracasado modelo antidrogas de los EEUU.
En Colombia se fumigan los cultivos de uso ilícito con glifosato des-
de 1984; sin embargo, los cultivos de coca crecen exponencial-
mente. La aspersión aérea con este herbicida se prohibió a finales
de 2015, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Glifo-
sato es un químico potencialmente cancerígeno, en este sentido la
Corte Constitucional apelando al Principio de Precaución ordeno
al Gobierno la suspensión inmediata de la utilización del herbicida.
El pasado 18 de julio la Corte Constitucional a través de un Fallo dejó
en firme las restricciones establecidas en 2017 para la fumigación
con Glifosato, y reitero que sus prioridades han sido la protección
del medio ambiente y la salud de los colombianos; sin embargo,
dejó en manos del Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) la
decisión de reanudar o no las aspersiones con este letal herbicida.
Solución Política
Revista Insurrección / Página 15