Varios retos enfrentamos como sociedad, el primero es sacar la vio-
lencia de la política, otro es ser de verdad una nación independien-
te que no viva sometida a ninguna potencia; y un tercer desafío es
ejercer la gestión pública como servicio al pueblo para cuidar los
bienes comunes y no como medio de lucro personal.
Las élites gobernantes deben aceptar la voluntad de cambio que
crece en el país y disponerse a cumplir los compromisos y trans-
formaciones que se pacten para la paz, de lo contrario seguirán
perpetuando el conflicto y cosechando el repudio de las mayorías
nacionales, que quieren pasar la página de la guerra y no toleran
más un estado generalizado de saqueo y corrupción.
La paz hay que lucharla, porque ni Trump ni Uribe la van a conce-
der por voluntad propia, ambos solamente se van a mover si existe
sobre ellos una fuerte presión y movilización social.
Editorial
Revista Insurrección / Página 7