E
l desempeño macroeconómico de los países occidentales en
los últimos diez años ha suscitado la actual recesión, la cual se
debe al fracaso de las políticas económicas; la discusión no
está limitada a las instituciones vigentes, por el contrario, lo que
se cuestiona es el modelo en sí.
Mas allá de la posibilidad de un cambio radical en el sistema moneta-
rio de algún país en particular, es preciso considerar un sistema alterno
y sus efectos sobre la economía global y local. En este sentido surge el
debate sobre la Teoría Monetaria Moderna (TMM), que plantea que
un Estado soberano puede emitir sus divisas sin correr el riesgo de que-
darse sin dinero.
En contexto, si el Estado controla las casas de moneda puede imprimir
la cantidad de dinero necesaria para financiar los gastos públicos y so-
ciales, inyectar recursos en la economía y retirarlos después en forma
de impuestos.
Pero el viejo modelo sigue buscando las soluciones por medio de ma-
nipular tasas de interés, mientras la guerra comercial entre Estados Uni-
dos y China precipita la llegada de una recesión global.
Deconstruir el modelo
La dependencia del Estado de la Banca Mundial ha incrementado
significativamente la deuda pública, especialmente en la economías
latinoamericanas [1]. Por el contrario, el dinero debería ser emitido y
controlado directamente por el Estado, toda vez que los bancos co-
merciales tienen sus propios intereses que son contrarios a los intereses
sociales.
Con la muerte del Patrón Oro [2] en 1971, cuando el presidente Richard
Nixon declaró que el dólar ya no era convertible en oro, dio comienzo
a la era actual en que las grandes economías ya no tienen que pre-
ocuparse por tener suficiente oro para garantizar su papel moneda,
por lo que son libres de emitir todo el dinero que necesiten los bancos.
El Imperio
Revista Insurrección / Página 31