Revista Insurrección 752 | Page 15

En los últimos dos meses han perpetrado 7 masacres; la de Llano Verde, en el Distrito de Aguablanca en Cali, el 11 de agosto en medio del cañaduzal encontraron sin vida y con signos de tortura a los adolescentes: Josman Paul Cruz de 16 años, Lieder Cárdenas de 16 años, Luis Fernando Montaño de 15 años, Álvaro José Caicedo de 15 años y Jair Cortes Castro de 14 años. En Llano Verde un 80 por ciento de los habitantes son víctimas de desplazamiento forzado de la costa pacífica; los familiares de los adolescentes asesinados, afirman que vieron huir del lugar de la masacre a dos policías y a un vigilante de la plantación de caña de azúcar [1]. Antes, el 10 de agosto narco paramilitares asesinaron a los menores Cristián Caicedo de 12 años y Maicol Ibarra de 17, cuando se desplazaban a entregar sus tareas escolares en el colegio de Leiva, Nariño. El Arzobispo de Cali, Monseñor Darío Monsalve afirmó: “el más infame genocidio en Colombia ha sido el asesinato de ‘limpieza social o muertes ecológicas’, cuyas cifras son espeluznantes. ‘Con esas generaciones, no queda sino matarlos. Obispo, no pierda tiempo con esos muchachos’. ¿Quiénes están detrás de la masacre juvenil en Cali?” [2]. Empresarios que perpetran desplazamientos, hacen limpieza social y política En el libro Justicia Transicional y Responsabilidad Corporativa publicado por la Universidad de Oxford, afirma que 439 empresas colombianas (deshonroso segundo lugar en el mundo) han sido reportadas ante los tribunales, sindicadas de participar directamente en la creación y financiación de grupos paramilitares, para beneficiarse de su accionar [3]. Laura Bernal, docente de derecho de la Universidad Javeriana y coautora de la investigación de la Universidad de Oxford, afirma que “hay que entender que haber participado de desplazamiento no es solo cometer el acto de desplazar con armas, impedir el retorno también es desplazar” [4]. SOLUCIÓN POLÍTICA 15