Revista Innombrable #9 - Mnemosyne "Memorias de la Literatura" (2019) | Page 46
IN
Nombrable
El Vagón De
Los Lamentos
Juan José Díez Goez (Colombia)
Eran las 5:30 PM del 13 de mayo. —Disculpe, señora ¿hacia dónde se dirige?
Empecé a correr hacia la estación con la
esperanza de llegar a tiempo a la segunda
novena por la muerte de mi abuelo, que
preparaban mis tías en la vieja casa de mi
abuela en el barrio Florida Nueva. —Voy para mi casa, joven.
Al entrar en el primer tren que se detuvo delante
de mí, noté cómo una extraña melancolía
recorría aquel vagón que inesperadamente sólo
habitábamos una anciana de unos ochenta u
ochenta y cinco años, y yo. Ella usaba un vestido
amarillo desgastado que combinaba casi a la
perfección con sus aretes de oro y sus canas
amarillentas, pero sobretodo con esa mirada
fatigada que suele caracterizar a los viejos
resignados y olvidados que en su decadencia se
ven atormentados por la vergüenza de haber
sido y el dolor de ya no ser. —Mire, yo vivo en un tren, en un bus, en una
avenida de esas que se funden en el horizonte,
y mi destino... mi destino es una estación
cualquiera. —Respondió mientras miraba las
montañas a través de la ventana. —No me va a
entender, usted sólo es un hombre.
Ansioso por huir de la soledad que asfixiaba
mis pensamientos, decidí romper la barrera
de silencio que nos separaba. Le pregunté a la
señora:
46
—Ya veo. —Continué en un intento desesperado
por salvar la conversación. — ¿Y dónde vive
usted?
Sorprendido por la inesperada respuesta de la
anciana, me quedé sin conversación. Sólo hice
una pregunta más:
— ¿Me puede recordar su nombre?
—Soledad. —Respondió sin dejar de mirar las
montañas por la ventana.