Revista Innombrable #8 - Pesadillas: espejos del sueño - 2017 | Page 27

IV Nocturnos pasajes revelan ese interno yo que se lucha entre la razón mundana y las creaciones de ultramundos (imagineríos del común que se acumulan en el ser), produciendo esa lucha interminable, a veces indescifrable de la mente “civi lizada”, y la que se quiere deconstruir como sujeto dueño de sí y su ego-yo. Nocturno errabundo y melancólico; noctámbulo silencio para debatirse la realidad a seguir hasta un ignorado encuentro. V Juguetear a madurar rápidamente; jugar a la muerte, condenando a quien vive en las mieles de lo terrenal, sin preocupación de la muerte; siempre vigía; siempre latente. VI Qué lógica tiene la vida, si, en sí, la propia vida no tiene coherencia, a no ser, más allá del plano terrenal, yéndonos a un plano divino, por lo tanto ficticio. Qué más lógico que la muerte. Antes del hombre no hay existencia; después del hombre no habrá existencia, pues ésta no se piensa a sí misma. *** …Qué necesidad del pensamiento en la muerte. Si somos dioses, semidioses; mortales o inmortales. Qué necesidad del castigo, o del pecado; de la culpa o el deseo inmoral. Qué obligación hay en el otro, y por qué llevar cruces ajenas. Por qué el miedo a lo justo, si total, injustos andamos, llenos de hoyos, remarcados en leyes que se han hecho para hacernos menos. Retorno decimonónico a trabajos forzados; Jornaleros, feudalismo activo. 27